Garzón asegura que poner precio máximo a las mascarillas ha sido «efectivo» y que las críticas son «pura propaganda»

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha defendido este lunes la decisión de su departamento de establecer un precio máximo para las mascarillas quirúrgicas, asegurando que la medida ha sido «efectiva» y ha indicado que las críticas que han llegado desde la oposición son «pura propaganda».

Durante su comparecencia ante la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso, el ministro ha explicado las medidas que su Ministerio ha puesto en marcha desde el inicio del estado de alarma, el pasado 14 de marzo. Una de ellas, tal y como ha explicado, ha tenido que ver con la regulación de los precios de los productos sanitarios y, principalmente, en los de las mascarillas, uno de los materiales de protección más demandados por la sociedad.

Según ha indicado, el mercado saturado por la crisis sanitaria no tenía oferta suficiente para la demanda creciente que se estaba produciendo y eso provocó que muchos usuarios hicieran acopio de mascarillas y produjeran un desabastecimiento general y la inflación de los precios. Esta situación, ha indicado, «ha mermado los presupuestos familiares».

«Para evitar esa merma y acabar con esa parte de especulación que podría existir», ha indicado Garzón, el Ministerio decidió intervenir en los precios. Una decisión que, según ha aclarado, se tomó también a través de la llegada de una carta del Colegio de Farmacéuticos de España que alertaba de esta situación y les pedía que actuaran.

UNA MEDIDA TOMADA CON «PRUDENCIA»

En su intervención, el responsable de Consumo, ha explicado que creó un equipo técnico en el que han participado las farmacéuticas y los proveedores para «garantizar que cualquier medida y control de precio» generase un «desabastecimiento desigual en el caso mascarillas. Se decidió en este contexto poner un precio máximo a las mascarillas quirúrgicas que, según ha indicado, está recomendadas para todos los públicos.

Garzón ha apuntado que no se ha podido tomar esta misma medida en otros modelos de mascarilla debida al estrés del mercado, que no garantizaba que poner un precio máximo acabara con el desabastecimiento. En este sentido, ha destacado la «prudencia» con la que ha actuado su departamento y ha rechazado las críticas que aseguraban que esta medida era negativa. «Creo que obramos con la prudencia adecuada», ha insistido.