Familiares han presentado una denuncia contra la residencia Isabel La Católica, situada en el madrileño barrio de La Ventilla por las graves llagas que ha sufrido allí una anciana después de «tres semanas sin moverla de la cama sin ningún criterio médico y sin hacerle cambios posturales».
Según ha explicado a Europa Press Mayte Caballero, hija de esta residente y enfermera de profesión, la situación se desencadenó con la orden de prohibición de la entrada de familiares en las residencias por la pandemia a principios de marzo. Hasta entonces, se turnaba con sus hijas para cuidarla, moverla y que pudiera comer bien «al menos una vez al día», ya que padece Alzheimer avanzado.
«Mi madre hasta ese momento tenía la piel íntegra y estaba cuidada. Decretaron el cierre y el 23 de abril aislaron a cada residencia en la habitación. Y a partir de ese momento ha estado en la cama. No se han hecho cambios postulares y no había ningún criterio para levantarles, según nos han comentado el personal, que es poquísimo», ha relatado Mayte, que ya antes de la crisis sanitaria se quejaba de la falta de atención en este geriátrico, pues durante en los dos años que ha estado viviendo allí su madre ha padecido 18 infecciones de orina.
Fue el 7 de mayo cuando una de las doctores envío a la familia las fotos de las úlceras. «Al verlas me horroricé. Las llagas salen pasado tiempo», apunta la familiar, que poco días después presentó una denuncia ante la Fiscalía y el Juzgado. Asimismo, decidió bajo su criterio trasladar a su madre al Hospital de la Cruz Roja de la avenida Reina Victoria, donde le descubrieron más úlceras.
«No es un caso aislado, hay más residentes ulcerados. Pero la dirección nos han dicho que siguieron todos los protocolos y que, al estar intervenida por la Comunidad, un funcionario de la Consejería supervisa todo. Pero es como poner al zorro a cuidar de las gallinas. Por allí han tenido que pasar la UME y los Bomberos por los altos casos de Covid, con muchos fallecidos. Yo dejé de contar cuando iban por más de 60», ha manifestado la familiar, que ha aportado el informe del hospital a la denuncia formulada.
«Queremos que alguien entre allí a saco, levante vendajes y revise el cuerpo de los residentes. A los que no se los ha llevado la pandemia, están totalmente desprotegidos y abandonados a su suerte», concluye Mayte Caballero.