Dirigentes de Cs dicen a PSOE y Podemos que los escraches siempre son condenables

Distintos dirigentes de Ciudadanos han condenado los escraches que algunas personas llevaron a cabo este lunes frente a los domicilios del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, y del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y han dicho a Podemos y al PSOE que este tipo de «acoso» a políticos siempre es condenable, no solo cuando afecta a los suyos.

Esta es la idea que han expresado en Twitter varios cargos públicos de Cs y miembros del Comité Ejecutivo, como la portavoz de la dirección nacional, Melisa Rodríguez. «La democracia es libertad, pero también es respeto a la intimidad y libertad individual. El acoso en ningún caso se puede justificar. Perseguir o acosar por cómo se piense va en contra de los derechos de todos», ha indicado.

Además, Rodríguez ha contestado directamente al portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, que ha dicho que no es lo mismo una «concentración de gente humilde a la que le han quitado la casa y dejado en la ruina una panda de ladrones de cuello blanco» –algo que define como un escrache– que una «concentración de pijos pudientes y maleducados y algún que otro simpático neonazi», en alusión a la protesta frente al domicilio de Ábalos en Madrid.

«¿Me quieres decir que un escrache lo es o no es función de la clase social de los que participen? Te hago un apunte teniendo en cuenta que vives en un ‘barrio pijo’: no acudas a ningún escarche ni manifestación, no sea que pierdan el significado que tú mismo le das», le ha dicho la portavoz de Ciudadanos.

También se ha pronunciado la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, que ha afirmado que siempre defenderá «la libertad de expresión y de protesta» porque «no hay democracia sin libertad». «Siempre rechazaré los escraches, también los sufridos por Ábalos, Montero o Iglesias; no casan bien la democracia y el sectarismo. Espero este apoyo cuando los acosados seamos otros», ha escrito.

Para la consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera, «no hay causa, por justa que sea, que legitime el acoso personal, ni el hostigamiento en un domicilio particular, y muchísimo menos sobre la familia de un representante público». «Da igual quien lo promueva y quien lo sufra: es intolerable», ha añadido.

ACOSO A CIUDADANOS EN LA MANIFESTACIÓN DEL ORGULLO

La portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, ha criticado a quienes creen que «acosar e intimidar a los ministros de España y a sus familias» entra dentro de su «libertad», tras lo cual Rivera le ha lanzado un reproche.

«Jamás escribiste algo similar cuando me acosaron a mí en el Orgullo o en el 8-M», ha dicho en referencia a las manifestaciones en Madrid por el Día del Orgullo LGTBI y por del Día de la Mujer, en las que los representantes de Cs fueron insultados e increpados.

El portavoz de la formación naranja en la Asamblea de Madrid, César Zafra, también ha comparado esos incidentes con las protestas junto a las casas de Ábalos y de Iglesias y Montero.

«Los escraches y las persecuciones son condenables, se hagan en una calle de Madrid, en Galapagar o, como nos ocurre cada año a los miembros y simpatizantes de Cs, en el Orgullo. Cuando todos los aprendamos, puede que avancemos como sociedad», ha defendido.

RECUERDAN CUANDO IGLESIAS JUSTIFICABA LOS ESCRACHES

Otros cargos que se han manifestado en contra de los escraches en general son los portavoces de Ciudadanos en las Cortes de Aragón, Daniel Pérez Calvo, y en las Cortes Valencianas, Toni Cantó.

Este último ha recordado cuando Iglesias dijo hace años que «los escraches son el jarabe democrático de los de abajo» o que son «un mecanismo democrático para que los responsables de la crisis sientan una mínima parte de sus consecuencias». Cantó ha indicado que, «tras pisar moqueta», la posición de Iglesias y otros dirigentes de Podemos ha cambiado: «Casoplones sí, escarches no».

En el mismo sentido, Pérez Calvo ha escrito que «la coacción a las personas jamás será ese ‘jarabe democrático’ que recetaba Pablo Iglesias para todos menos para él, hasta que se subió al coche oficial». «Esto, lo haga quien lo haga y se haga contra quien se haga, es condenable e inadmisible en cualquier Estado de Derecho», ha agregado.