La consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, ha garantizado que primó proteger a los ancianos con su decisión de no trasladarles a hospitales desde sus residencias al contraer el COVID-19 y ha asegurado en que los centros recibieron atención y tratamientos hospitalarios.
Casado se ha referido de este modo a una información publicada este miércoles por eldiario.es, donde se hace público un documento en el que la Junta de Castilla y León ordenó a finales del mes de marzo que los ancianos de las residencias enfermos de COVID-19 no fuesen trasladados a los hospitales y cambió de criterio el 16 de abril.
La consejera ha asegurado que se trató de una instrucción conjunta de Servicios Sociales y Sanidad con el objetivo de «proteger a los mayores» y hacer «hospitalización a domicilio». Así, ha defendido que la pretensión era que se hiciera en las residencias lo mismo que en los hospitales «para evitar molestias a los residentes».
Todo ello «sin evitar que, si algún médico consideraba traslado, evidentemente se trasladaba a pacientes».
La consejera ha recordado la creación de los equipos COVID Residencias formados por médicos de Atención Primaria, de cuidados paliativos, internistas y otros profesionales expertos en hospitaliación a domicilio.
Además, ha reseñado que se suministraba toda la mediación necesaria en las residencias, donde el consumo de antibiótico aumentó un 42,5 por ciento y el de corticoides un 17,75 por ciento.
Finalmente, ha detallado que se han atendido en los hospitales de la Comunidad a 3.200 ancianos desde el inicio de la pandemia, lo que, como ha destacado, «demuestra que se ha acudido a los hospitales cuando ha sido necesario».