El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas ha saludado la escolarización de una niña marroquí de 12 años en un centro público de la ciudad autónoma de Melilla, seis semanas después de pedirle al Gobierno español que tomase medidas provisionales «para prevenir daños irreparables» a la menor. Además, este organismo ha instado al Ejecutivo a que haga lo mismo con el resto de menores migrantes que siguen sin poder ir a la escuela en Melilla, donde residen.
Esta «rápida decisión», según sostiene el Comité, sienta «un precedente positivo para más de 80 casos en similares circunstancias sin resolver», en referencia a los menores sin escolarizar que hay en Melilla desde hace años.
«Felicitamos la rápida respuesta de España», ha dicho la miembro del Comité Ann Skelton sobre la decisión de escolarizar a la niña. «N.S. (la menor) podrá alcanzar su total potencial ahora que puede acceder a una educación formal en España, el único país que conoce y donde ha vivido toda su vida», ha incidido.
SIN DOCUMENTACIÓN
Esta niña marroquí, cuyo caso que fue llevado a Ginebra, nació en Melilla pero no ha asistido nunca a clase. Es hija de una madre marroquí que migró a esa ciudad de niña y tanto la madre como la hija son consideradas residentes irregulares en la ciudad española.
Así pues, al no tener la correspondiente documentación, la menor no podía acceder al sistema de educación pública, aunque había alcanzado la edad para la educación obligatoria, que abarca desde los seis hasta los 16 años.
Desde el año 2018, N.S. ha participado en campañas durante más de dos años con otros niños y niñas en su misma situación, protestando semanalmente ante la sede del Ministerio de Educación de Melilla para luchar por su derecho a la educación.
En noviembre de 2019, N.S. y su madre presentaron una demanda ante un tribunal administrativo en Melilla para exigir que la menor fuera escolarizada, pero el juez falló que la niña debía ser escolarizada en Marruecos.
Tras ello, llevaron su queja ante el Comité de los Derechos del Niño en febrero de este año, argumentando que, sin conexiones familiares en Marruecos, «era poco realista exigirle viajar sin la asistencia necesaria para recibir una educación en un país diferente y en otro idioma».
El Comité contactó inmediatamente con el Gobierno y tras ello, tal y como ha manifestado el organismo de Naciones Unidas, el gobierno local de Melilla informó a la menor el 24 de marzo que había sido admitida en una escuela pública de Melilla.
«He sido la única que escolarizaron aquí en Melilla, pero quedan muchísimos niños más sin escolarizar», aseguró la menor en un video, en el que expresa que querría ver cómo los demás niños y niñas residentes irregulares puedan ir al colegio.
«Este es el caso más rápido en resolverse por nuestro mecanismo de denuncias individuales, pero hay muchos otros casos similares registrados ante el Comité. Hacemos un llamado a España a que tome medidas urgentes para permitir que estos niños y niñas vayan a la escuela en Melilla, dado que todos los niños y niñas tienen el derecho a la educación sea donde sea que vivan, sin importar su estatus», apuntó Skelton.