Cs sigue tendiendo la mano al Gobierno para alejarse del nacionalismo

El diputado de Ciudadanos Miguel Gutiérrez ha afirmado este lunes que su grupo sigue tendiéndole la mano al Gobierno «para que deje de lado la unilateralidad y la falta de diálogo», deje de «estar en manos de populistas y nacionalistas» y tome medidas positivas para las empresas, los ciudadanos y «los partidos con sentido de Estado».

Así lo ha dicho durante la comparecencia de la eurodiputada Iratxe García, presidenta del Grupo Socialdemócrata, en el grupo de trabajo sobre la UE de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica en el Congreso. Todo ello después de que el Gobierno haya pactado con ERC la última prórroga del estado de alarma después de haber acordado las dos últimas con Ciudadanos.

Gutiérrez ha recordado que en la UE y en el Parlamento Europeo se han logrado acuerdos entre ‘populares’, liberales y socialistas, «lejos de los extremos», mientras que en España, «sus compañeros» –le ha dicho a García– «prefieren acabar con la credibilidad de España negociando con Bildu la derogación de reformas estructurales como la reforma laboral».

Gutiérrez ha recalcado que los instrumentos extraordinarios de recuperación que ha propuesto la Comisión Europea requieren «credibilidad por parte de los Gobiernos», además de que la propia Comisión ha advertido de que los fondos estarán «condicionados a no dar marcha atrás en las reformas estructurales», hablando precisamente del acuerdo con Bildu.

«¿Va a pedir a sus compañeros que dejen de mirar a los populistas y a los extremos y que acaben de mirar al centro?», le ha insistido, advirtiendo: «Nos jugamos la credibilidad».

En su respuesta, no obstante, García ha respondido que la última resolución sobre eurobonos de la Eurocámara recibió el apoyo de todos los ciudadanos españoles salvo los de Vox. Y ha respondido a las acusaciones de falta de credibilidad, que han llegado de Ciudadanos pero también del PP, advirtiendo de que lo que mina la credibilidad de un país es que en el Congreso haya quien utilice la crisis para buscar «réditos electorales».

Y es que Mario Garcés, del PP, además de preguntar si las agencias de salud europeas pudieron avisar antes de la alerta, ha advertido de que las «tensiones entre socios de Gobierno» pueden afectar a la credibilidad y predictibilidad del Ejecutivo y se ha preguntado si podría incidir en la recepción de fondos.

Además, aunque ha agradecido a los socialistas que votaran en contra de una comparecencia del expresidente catalán Carles Puigdemont, que es eurodiputado, ha afeado que, al mismo tiempo, el Gobierno «cohabite políticamente con partidos con posiciones identitarias que intentan muscular la fractura territorial».

PP: «LIMITACIÓN DE DERECHOS»

También le ha preguntado si conoce de algún país europeo donde para combatir la pandemia se haya producido «una limitación en derechos tan esenciales como la libertad de culto o la libertad de expresión» o «una intromisión absolutamente intolerable en otros poderes».

García ha respondido que la credibilidad del Gobierno se aprecia en que la propia Comisión Europea ha puesto en valor el papel de España en el diseño de su propuesta de fondo de recuperación y que la mayor parte de los gobiernos europeos son de coalición, lo cual «no les resta un mínimo de credibilidad».

A su juicio, «lo que le puede restar credibilidad a un país es ver que en un Parlamento se ha intentado usar la crisis para tener rédito electoral» y eso no lo «perdonan» ni las instituciones europeas ni a los ciudadanos. De hecho, ha señalado que en Francia, el «azote» de Emmanuel Macron el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, ha dado su apoyo al Ejecutivo.

Además, ha respondido a Garcés que hay un país que está aprovechando la pandemia para «romper las normas del Estado de Derecho», la Hungría de Viktor Orban. Y ha añadido que 12 líderes ‘populares’ han vuelto a pedir la expulsión de su partido, el Fidesz, del PPE, pero entre ellos no está la firma del líder del PP, Pablo Casado.

García ha negado también que el Gobierno esté «bandazos» y ha defendido que ha tenido que adaptarse a la evolución de la pandemia. La eurodiputada ha recalcado que la UE, si bien ha tardado en reaccionar, en los últimos días lo ha hecho «de forma contundente».

PSOE QUERRÍA UN FONDO MAYOR

Así, ha explicado la propuesta de plan de reconstrucción de la Comisión Europea –750.000 millones de euros, de los que 500.000 serían en subsidios–. Desde ERC, Joan Josep ha advertido de que la cantidad es la mitad de lo que quería España, y García ha reconocido que algunos querrían que «fuera mayor todavía», pero que son conscientes de la dificultad de las negociaciones.

Preguntada por la condicionalidad que llevarán aparejada esos fondos, ha respondido que esas condiciones tienen que ser «distintas a las de 2008», cuando «Europa decidió que el objetivo fundamental era salvar los bancos» y ahora hay que «salvar a las personas».

Según ha dicho, las únicas condiciones que se pueden «aceptar»·, además de la defensa del Estado de Derecho, debe «incorporar la dimensión social y medioambiental además de la digitalización». Además, ha recalcado que el nuevo instrumento formará parte del marco financiero plurianual de la UE, lo cual dará a la Eurocámara poder de codecisión.

A la espera de las negociaciones entre los Gobiernos sobre este plan, ha insistido en que los socialistas españoles están trasladando el mensaje de que todos los países, también los que no quieren ayudas europeas, necesitan que toda la UE tenga una economía fuerte. «Es mucha miopía no entender esto, que no es solo solidaridad, es supervivencia del mercado interior», ha zanjado.