En pleno debate sobre si José María González Santos, Kichi, actual alcalde de Cádiz será el sucesor de Teresa Rodríguez al frente de Podemos Andalucia (Andalucía Adelante) después de la desbancada de la lideresa andaluza, ha saltado a la palestra otra polémica. Esta vez originada en Vox Cádiz, formación que ha publicado en la tarde del domingo un tuit desafortunado que ha abochornado a otros líderes provinciales, motivo por el que hoy ha decidido eliminar la publicación.
«El capitalismo engorda y envejece, ¿verdad Kichi y Teresa Rodríguez?”, así rezaba el mensaje publicado en la cuenta oficial de Vox Cádiz, @cadizvox, que acompañaba de un montaje de fotografías de la pareja podemita de hace unos años para compararla con cómo se ven hoy los dos líderes morados en Andalucía.
El montaje, difundido y multiplicado en redes sociales por cuentas asociadas a la extrema derecha para mofarse de la evolución física de la pareja, no ha sentado nada bien a la oposición natural (Adelante Andalucía y Podemos – “¿De verdad sois una formación política seria o una cuenta parodia?”, ha escrito una usuaria-.) pero tampoco a numerosos miembros de Podemos en Cádiz.
Así, el antiguo responsable de comunicación provincial de Vox, Iván Garrido, ha sido uno de los primeros en responder. “Como ex responsable de comunicación provincial del partido me avergüenza profundamente vuestro estilo. Hay decenas, cientos de formas de dejar claro la contradicción, entre quienes critican el sistema capitalista. ¿El físico?”, se pregunta en un mensaje que ha levantado ampollas en la formación.
LA PERCHA DE LA GORDOFOBIA DEL PROPIO KICHI
Recientemente, Kichi publicaba en sus redes sociales una reflexión sobre la «gordofobia» y cómo los cánones estéticos someten sobre todo a las mujeres, que le ha servido a Vox Cádiz como percha para su montaje: “La gordofobia, que si no lo saben es la repulsa hacia quienes sufren exceso de peso y se apartan de los patrones estéticos, tiene consecuencias y tiene componentes de odio, como lo tienen la misoginia, el machismo, la homofobia, la lesbofobia, la transfobia, el racismo, la xenofobia o el clasismo, por poner algunos ejemplos. Ante las enfermedades de transmisión social, como las antes citadas, sólo queda un camino: combatirlas y nunca normalizarlas o invisibilizarlas”, escribía, a lo que añadía:
“Lo verdaderamente importante no es cómo me siento yo, o si me afecta más o menos, no. Afortunadamente no lo llevo nada mal y es muy rara la ocasión que respondo con la misma dosis de maldad (depende de la malaje de quien me lo dice). La cuestión es que además de conmigo, este mismo patrón se repite con todo el mundo, con todo aquel o aquella que ose no cumplir con los estándares de belleza prefijados por la sociedad de consumo.«
Seguía con un elocuente «¿Cómo lo sufrirán las mujeres, por ejemplo? Para ellas la validez de su persona aún sigue tristemente sujeta al físico, tienen que cargar con una violencia simbólica contra sus cuerpos, unos cuerpos que se han convertido en campos de batalla sobre los que se opina y se juzga bajo un punto de vista absolutamente patriarcal”.