Simón recomienda no cambiar de provincia salvo que sea necesario

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), el doctor Fernando Simón, ha pedido hoy a los ciudadanos que, aunque acabe el estado de alarma el próximo 21 de junio, procuren no cambiar de provincia o de comunidad autónoma salvo que sea necesario al menos hasta que el riesgo de contagio sea cercano a cero.

Así lo ha afirmado durante la rueda de prensa diaria en Moncloa para explicar los datos de la evolución de la pandemia, al ser preguntado sobre los posibles cambios que se podrían incluir en el decreto de nueva normalidad que regirá a partir del próximo domingo y que aún no ha sido convalidado en el Congreso.

El director del CCAES ha asegurado que este decreto establece medida comunes para toda España y que se aplicarán en todo el territorio. Algunas, precisa, dependen de la responsabilidad personal, aunque se hará publicidad de ellas y junto a ellas hay otra serie de medidas especiales de protección en el sector del transporte.

Pero ha explicado que las CCAA tienen capacidad de legislar medidas más específicas relacionadas con otros aspectos relacionados con la transmisión como el ocio nocturno o eventos masivos.

ESPERAR A VIAJAR A QUE EL RIESGO SEA CERCANO A CERO

Y aunque ha recordado que la movilidad entre provincias y comunidades autonómas, una vez que acaba el decreto de alarma, no se puede restringir ha dejado claro que «es recomendable no moverse cuando no es necesario sobre todo entre provincias hasta que tengamos un nivel de transmisión cercano a cero». En este sentido, ha asegurado que ya se está cerca de ese nivel cero de transmisión pero aún queda «un poquito».

Al margen de esta recomendación, afirma que durante el verano no se tenga miedo, pero sí respeto por la dramática experiencia reciente. Por ello, ha insistido en tener cuidado con no rebajar más de la cuenta las medidas de prevención. Recuerda que ahora las cosas van bien y espera que sigan así, pero insiste en que solo se podrá mantener la calma si entre todos se mantienen las medidas adecuadas para que el «riesgo residual no se acabe convirtiendo en una nueva onda epidémica».

Asegura, en este sentido, que una parte depende de cada persona, pero admite que otra depende de lo que hagan las instituciones con los viajeros, de los que asegura que no tienen por qué suponer un riesgo si no tienen el virus.

Pero aunque dice que no se tiene que tener miedo de los viajeros que lleguen, considera que se tiene que tratar de controlar los viajeros que puedan tener sintomatología o casos posibles. Para ello, afirma que se están implementando medidas que propone Sanidad Exterior en Puertos y Aeropuertos y a nivel interno para tratar de reducir los riesgos asociados a los viajes nacionales e internacionales.

Ha señalado en este sentido que algunas de estas medidas se están poniendo hoy en marcha y otras ya están implementadas. «Hay que mantener cierta tensión, no tener una angustia excesiva pero no estar angustiados no implica no comportarse como se debe», ha precisado.

SANIDAD EXTERIOR IMPLANTARÁ MEDIDAS EL 21 DE JUNIO Y EL 1 DE JULIO

No obstante, y al ser preguntado por el Plan Barajas que pide Madrid y por las medidas que recomimenda para evitar que los viajeros provoquen brotes por casos importados, ha rechazado de nuevo la realización de pruebas PCR a los turistas.

Recalca los problemas logísticos que supone, económicos, sanitarios y el exceso de «falsa seguridad» que darían unido a la «falta de fiabilidad de algunos de los resultados».

En este sentido, considera que a través de Sanidad Exterior se tienen que encontrar alternativas y ha añadido que a partir del 21 de junio se adoptarán más medidas a las que se añadirán otras el 1 de julio.

«Son medidas muy pensadas y meditadas que permiten controlar el riesgo, pero sí es verdad que algunos grupos relacionados con la movilidad de los pasajeros con intereses muy legítimos en este campo y en esta área económica claro que quieren másximas garantías de que ese riesgo no existe», ha exclamado.

No obstante, ha dejado claro que una garantía cien por cien es «casi imposible» aunque se pueden lograr garantías «de forma razonable».