La trampa de los coches de gas: Los etiqueta Eco que contaminan más de lo que crees

  • Un informe de Transport & Environment prueba que los coches GNC son contaminantes.
  • La DGT los considera coches ecológicos a pesar de los resultados.
  • El Gobierno dará ayudas de hasta 1.000 euros para comprar estos coches.
  • Por mucho que un coche luzca la etiqueta Eco que ofrece la DGT, no significa contamine menos. Un reciente estudio de la Federación T&E asegura que los vehículos de Gas Natural Comprimido (GNC) no son lo que parecen de cara a los niveles de emisiones. Estos coches que la DGT considera ecológicos no lo son tanto, pues liberan grandes cantidades de partículas contaminantes asociadas con enfermedades como el cáncer, el alzheimer y otras cardíacas y respiratorias, según el informe de Transport & Environment. Aún así, el Gobierno los ha incluido dentro de su plan de ayudas y dará a los particulares que quieran comprarse un GNC hasta 1.000 euros.

    El coste tan bajo del gas (en comparación con la gasolina o el diésel) y la consideración Eco por parte de la DGT ha motivado a algunos conductores a comprarse un coche de estas características. Lejos de los problemas que pueden dar a nivel mecánico (como escapes de gas, cada vez más frecuentes en estos modelos), resulta que no son tan ecológicos como la DGT nos quiere hacer pensar.

    El informe detalla un total de hasta cinco pruebas realizadas en un laboratorio con estos automóviles propulsados por gas, y los resultados fueron bastante esclarecedores. Los GNC emitieron entre 9 mil millones y 900 mil millones de partículas por kilómetro. «Otro aspecto destacado del documento es que los vehículos a gas emiten un número especialmente grande de partículas ultrafinas, consideradas como las más dañinas para la salud humana ya que penetran profundamente en el cuerpo. Se han relacionado con el cáncer cerebral», mencionan desde Ecologistas en Acción, que se han hecho eco del informe. La DGT, aún así, permite con su consideración Eco que estos coches puedan circular por zonas de bajas emisiones en las grandes ciudades.

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    «La industria del gas convenció a los legisladores de que los vehículos a GNC eran la solución a nuestros problemas de calidad del aire, pero en realidad son cualquier cosa menos vehículos de bajas emisiones. Arrojan partículas tóxicas como cualquier otro motor de combustibles fósiles y deberían estar prohibidos en las zonas de bajas emisiones de nuestras ciudades. El compromiso de España con la neutralidad de carbono erosiona cualquier justificación para mantener tanto los incentivos fiscales como los incentivos a la compra», ha destacado Isabell Büschel, directora de Transport & Environment en España.

    «Los vehículos que funcionan con GNC también liberan grandes cantidades de amoníaco que, a su vez, contribuye a la contaminación por partículas. Las pruebas en carretera sobre el último estándar de automóviles y camiones de GNC encontraron que pueden emitir hasta 20 mg/km y 66 mg/km de amoníaco respectivamente. Pero en la actualidad los automóviles y las furgonetas no están sujetos a un límite de emisión de amoníaco», aseguran desde Ecologistas en Acción.

    Sólo en 2017, las matriculaciones de este tipo de vehículos crecieron un 237% en España, según aseguran desde Gasnam, una asociación que fomenta el uso del gas natural y que aplaude las iniciativas que promueven la venta de coches GNC. Y ahora con las ayudas del Gobierno y debido a que, en comparación con un eléctrico, son más baratos, es posible que ese incentivo de 1.000 euros ayude a que los GNC vuelvan a crecer en ventas.