Hasta 14.000 ciclos de reproducción asistida menos por la COVID-19

Debido a la crisis del COVID-19 han dejado de realizarse alrededor de 14.000 ciclos de reproducción asistida en España, algo que provocará unos 4.000 nacimientos menos dentro de nueve meses, según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) y la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR).

Cada año nacen en España 33.000 bebés gracias a la reproducción asistida (es decir, 1 de cada 10 nacimientos se debe a estas técnicas). Estos expertos advierten de que el impacto del COVID-19 sobre la natalidad podría agravarse si no se proporciona información de calidad a las personas que están pensando tener un hijo mediante estas técnicas, reduciendo así su temor ante la nueva situación que estamos viviendo.

Por ello, la SEF y ASEBIR, con el apoyo de la compañía de ciencia y tecnología Merck, han presentado la campaña de concienciación ‘La respuesta es ahora’, coincidiendo con el Mes Internacional de la Fertilidad. Su objetivo es devolver a las mujeres y parejas que desean tener un hijo la confianza de que ya pueden hacerlo y no tienen por qué posponer esta decisión por temor a sufrir complicaciones debido al COVID-19.

«A día de hoy no hay ninguna evidencia científica que haga referencia a la afectación de los gametos (óvulos y espermatozoides) por el virus, no se ha demostrado transmisión de la madre al hijo y con la bibliografía de la que disponemos en este momento, nada nos indica un mayor riesgo de aborto», señala el presidente de ASEBIR, Antonio Urries.

El presidente de SEF, Luis Martínez, recomienda a los pacientes que se hayan planteado iniciar un tratamiento comenzar ahora: «Actualmente nos encontramos en el momento de menor incidencia de la enfermedad provocada por el virus y no sabemos cómo evolucionará en el futuro. Lo que sí sabemos es que los centros ya han implementado las medidas de seguridad necesarias tanto para los pacientes como para los profesionales que trabajan en ellos».

Además de dar respuesta a posibles dudas sobre cómo el COVID-19 podría afectar al proceso, los expertos de ambas sociedades científicas recuerdan que la biología «no se detiene» y demorar el momento de iniciar un tratamiento de reproducción asistida implica una reducción de las posibilidades de éxito. De hecho, recuerdan que el factor tiempo es primordial para las mujeres con edades próximas a los 40 años, puesto que la calidad de los óvulos desciende a un ritmo considerable a partir de los 38.

La parte positiva es que, como explica la directora del departamento Médico de Merck, Isabel Sánchez Magro, «más del 80 por ciento de las mujeres con menos de 38 años que recurren a la reproducción asistida consigue tener un hijo».

Cuando se decretó el estado de alarma, la actividad en los centros de reproducción asistida se limitó a finalizar los tratamientos que ya estaban en curso. Por otro lado, se paralizaron las transferencias de embriones, que fueron vitrificados (es decir, congelados) hasta proceder más adelante con su implantación, una vez que se permitiera la reapertura de las clínicas. El doctor Martínez aclara que «hoy existe la misma tasa de gestación con embriones vitrificados que con frescos. Estos embriones se pueden transferir con excelentes resultados».