Poco a poco nos vamos acostumbrando a la nueva normalidad. Los días más duros del estado de alarma y el confinamiento suenan lejos ya, y en los deseos de toda la población está la esperanza de no tener que volver a vivir aquellos días de incertidumbre. Sin embargo, y precisamente para que no se repitan, hay ciertas medidas y restricciones que permanecerán en nuestra vida cotidiana. Una de ellas es la mascarilla. Su uso ha sido regulado por el Real Decreto Ley 21/2020 del 10 de junio, y lo repasamos a continuación.
5La controversia inicial respecto a su uso
Como hemos visto, el uso de la mascarilla es obligatorio en la práctica totalidad de circunstancias y de personas. Sin embargo, es una de las normas que más controversia ha causado precisamente porque su obligatoriedad no se implantó desde el principio de la pandemia. Nuestro gobierno, y la máxima autoridad sanitaria, la OMS consideraban que no era necesario el uso de mascarilla si uno estaba sano. Ambas instituciones decían que las mascarillas solo deberían usarse en el caso del personal que está en contacto directo con personas contagiadas o las personas que tienen síntomas o están aisladas. Pronto, dicha norma fue cambiando. Se hizo evidente que el uso de mascarilla junto con el lavado frecuente de manos y la distancia social – y la combinación de las tres cosas – eran eficaces para frenar la pandemia.
