Bilbao pide que cesen los recibimientos a presos de ETA

El Ayuntamiento de Bilbao ha pedido que se dejen de organizar los actos de reconocimiento «con ostentación pública» a los presos de ETA que salen de prisión, «por sensibilidad hacia las víctimas y al dolor de sus familias, por respeto a una memoria crítica del pasado, y para evitar que se conviertan en un elemento de división y en una dificultad añadida para la construcción de una convivencia democrática».

El pleno municipal de este jueves ha debatido una moción del PP, que planteaba modificar la Ordenanza y la normativa municipal en relación con el espacio público, con el fin de «impedir la celebración de actos de apoyo, homenaje y reconocimiento a personas condenadas por terrorismo y otras conductas delictivas de especial gravedad».

Finalmente, ha salido adelante una enmienda de modificación del equipo de gobierno, con la abstención del PP y el rechazo de EH Bildu, por la que el Ayuntamiento de Bilbao rechaza «los actos de reconocimiento con ostentación pública a los presos de ETA que salen de prisión e insta a quienes los organizan y promueven a que dejen de hacerlo por sensibilidad hacia las víctimas y al dolor de sus familias, por respeto a una memoria crítica del pasado y para evitar que se conviertan en un elemento de división y en una dificultad añadida para la construcción de una convivencia democrática».

Así mismo, el Ayuntamiento de Bilbao reitera a los poderes públicos competentes «la necesidad de garantizar las políticas de reconocimiento, verdad, justicia y reparación debidas a las víctimas del terrorismo y de vulneración de derechos humanos, eliminando los agravios sufridos, y los que pudieran provocárseles, así como adoptando las medidas que eviten su humillación y revictimización».

Así mismo, a través de la enmienda acordada, el Ayuntamiento de Bilbao hace un llamamiento a las instituciones públicas, los partidos políticos y los agentes sociales, a redoblar los esfuerzos para promover activamente entre la ciudadanía vasca la deslegitimación del uso de la violencia como recurso para la imposición totalitaria de proyectos políticos, tanto en el pasado como en el presente y futuro».

En la defensa de su moción, el concejal del PP Carlos García ha alertado del «gran rebrote de actos totalmente inaceptables e inasumibles» que se están registrando en Euskadi y, en concreto en Bilbao, con «homenajes en la calle y manifestaciones a favor de asesinos», y ha precisado que a las personas a las que va dirigida su iniciativa son, «en primer lugar, las víctimas del terrorismo, las personas que han sido asesinadas y sus familiares».

«Les debemos hacer todo lo que está en nuestra mano para que no sean enaltecidos, homenajeados y reconocidos como héroes los asesinos», ha advertido, para insistir en que «todos los modos de reconocimiento a los asesinos son intolerables, algunos son actos violentos y otros violentan nuestras conciencias, o deberían hacerlo».

Por su parte, la portavoz de EH Bildu, Jone Goirizelaia, ha afirmado que, «mientras ciertos discursos siguen enraizados en el pasado, esta sociedad exige mirar hacia delante», y ha señalado que, «nueve años después de la Declaración de Aiete y cese definitivo de la actividad armada por parte de ETA y dos después de la disolución de ésta misma, sigue habiendo todavía 232 presos vascos, la mayor parte de ellos en cárceles del Estado español y francés, el 98% de ellos en primer grado, lo que supone un régimen cerrado, que posibilita medidas como el alejamiento y el aislamiento».

Tras denunciar que «el 65% de los presos vascos cumplen condena en cárceles del Estado español que están entre 400 y 1.000 kilómetros alejados de su pueblo natal», ha afirmado que «ya es hora de ir acabando con la política de dispersión, pero, lamentablemente no es así», y ha instado a «reconocer a todas las víctimas, incluidas las del GAL».

«DISPUTA PARTIDISTA»

La portavoz de Elkarrekin Bilbao, Ana Viñals, ha advertido de que «la memoria y la convivencia no pueden seguir siendo un campo de disputa partidista» y ha considerado necesario «reconstruir la convivencia en Euskadi después de décadas de violencia y dolor injustos e injustificados». Por ello, ha dicho que este tipo de homenajes públicos «no sólo no suman, sino que restan a la convivencia».

«Creemos que es fácil entender el dolor, el sufrimiento y la angustia que las victimas sienten cuando se exalta la violencia o la pertenencia a una banda terrorista. Ese dolor añadido no es justo. Esa nueva victimización no es ética», ha afirmado, para precisar que «ni todo acto de acogida a un preso que ha cumplido su pena es un homenaje, ni solo hay homenajes dañinos a las víctimas de ETA». A su entender, «quizás estos recibimientos deban hacerse en el ámbito privado, en un marco más discreto y con el entorno familiar y social».

Desde el PSE-EE, su portavoz, Alfonso Gil, ha dicho que su formación ha condenado todos los asesinatos, «porque matar estuvo mal, se hiciese en nombre de que se hiciese», y ha dicho que el tema de los recibimientos «no es una cuestión de legalidad, sino de humanidad» porque «quien ha cometido un hecho por el que ha sido condenado, no puede ser recibido con vítores».

Gil ha apelado a «mirar al frente, sin estar permanentemente mirando al retrovisor», así como a hacer «un relato compartido con letras de oro con lo que pasó en este país, y dejar a las generaciones futuras una perfecta historia para no volver a caer en el terror que nos ha tenido divididos a unos y otros».

Desde el PNV, la edil Nekane Alonso ha afirmado que «matar estuvo mal, algo tan difícil de asumir para algunos en este país, y hasta que no seamos capaces de compartir este mínimo común denominador, será complicado avanzar en proyectos de construcción de una convivencia normalizada» porque «ensalzar y exhibir públicamente a personas que utilizaron o justificaron al violencia como medio para obtener fines políticos, es absolutamente rechazable y avergüenza a cualquier sociedad decente».

«No negamos el derecho de las familias y amistadas el abrazo y al recibimiento y a que se facilite a esas personas que ya han cumplido su pena una reincorporación a la vida cotidiana, lo que decimos es que no se haga ostentación pública y política de ello», ha instado.

RECONOCIMIENTO DE TODAS LAS VÍCTIMAS

En el último turno de su partido, el alcalde, Juan Mari Aburto, ha intervenido para ensalzar la memoria de todas las víctimas, porque «todas y cada una de ellas son mis víctimas, nuestras víctimas, las de todos» y, para todas ellas, «nuestro reconocimiento y la petición de justicia, verdad y reparación, incluso para las que hoy no son reconocidas como tales».

Tras lamentar que, «una vez más, al hablar de las víctimas mostramos divisiones», ha señalado que eso quiere decir que «tenemos camino que recorrer y trabajo que realizar». En ese sentido, ha apelado a «intentar trabajar juntos» y ha recordado que «son las propias víctimas las que así nos lo reclaman».

Aburto ha precisado que el Ayuntamiento de Bilbao «nunca ha autorizado un acto de bienvenido a un preso de ETA o a un condenado por terrorismo», porque, «sencillamente, la autorización no nos corresponde», aunque «muchas veces, por el juego de la política, interesa decir que el alcalde no impide los ongi etorris».

«Si pudiera lo haría, pero no nos corresponde, sino que es competencia del Departamento de Seguridad», ha recordado, para apelar a quienes promueven estos recibimientos a que «se termine con ese tipo de actos que dañan la memoria de las víctimas, y nos daña a todos y cada uno de nosotros».