El último paciente ingresado en el Servicio de Medicina Intensiva de Soria por la COVID-19, un varón de 55 años que ingresó en esta unidad el pasado 22 de junio, ha recibido este jueves el alta de la UCI, según han informado desde la delegación territorial de la Junta en Soria.
Durante este periodo, y hasta el momento, la UCI ha atendido a un total de 41 pacientes: 23 en el Servicio de Medicina Intensiva, 11 en el Servicio de Reanimación (puestos extendidos de la UCI) y 7 pacientes que tras estabilización fueron trasladados a otros centros hospitalarios (uno al Hospital Universitario de Burgos, uno al Hospital de San Pedro, en Logroño, y el resto al Hospital Clínico y al Hospital Río Hortega de Valladolid).
La estancia media de estos pacientes en UCI ha sido de 38 días, siendo el menor tiempo de un día y el máximo de 95. El 88% de estos pacientes ha requerido ventilación mecánica asistida (respirador).
La atención multidisciplinar a estos pacientes ha sido el resultado de la importante labor de equipo realizada por los diferentes profesionales encargados de la atención al paciente crítico.
La noticia del alta del último paciente ingresado por ahora en el Servicio de Medicina Intensiva llena de satisfacción a sus profesionales, lo que no significa, como así advierten, «que el virus haya desaparecido».
Desde el Servicio de Medicina Intensiva del Complejo Asistencia de Soria se quiere incidir en el hecho de que «todo el sufrimiento vivido durante estos meses no puede caer en el olvido», en especial viendo los diferentes brotes que están apareciendo en diferentes puntos del país.
«Todos tenemos la responsabilidad de evitar la transmisión del virus siguiendo las recomendaciones de las diferentes sociedades científicas», indican desde la UCI de Soria.