Los mayores podrán salir de las residencias para estar con sus familias en periodos de un mes como mínimo, según recoge una nueva orden del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón.
Los centros de Servicios Sociales de Aragón siguen dando pasos para adaptarse a «la nueva normalidad» y facilitar, en la medida de lo posible y con todas las garantías de higiene y seguridad, la convivencia de las personas mayores con su entorno y su familia.
Con esta intención, la citada orden recopila las medidas ya adoptadas y autoriza nuevas, como la apertura progresiva de los hogares a sus usuarios y la salida de los mayores que viven en residencias a casa de sus familiares; eso sí, para evitar trasiegos y riesgos, estas últimas deberán ser por un periodo mínimo de un mes. En el caso de las personas con discapacidad las salidas serán de 15 días.
La orden basada, según ha subrayado el director gerente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), Joaquín Santos, en el criterio de «prudencia y en preservar la salud y la seguridad de las personas», regula también los planes de contingencia y reserva estratégica de material que deben cumplir los centros residenciales o de servicios sociales de Aragón, así como los criterios que habilitarían la intervención del Gobierno de Aragón en caso de que fuera necesaria.
En todo momento se vuelve a recordar y subrayar la obligatoriedad de notificar cualquier caso sospechoso, así como de dejar registrados todos los datos en una nueva aplicación web con la que contarán lo centros.
Con la entrada en vigor de esta norma, se autoriza la apertura a los usuarios de los centros de día, que desde hace un par de semanas ya podían retomar su actividad, y de los hogares de mayores, que hasta ahora estaban ofreciendo previa petición de cita determinados servicios a sus usuarios.
A partir de ahora, pueden empezar a recibirles e incluso ofrecer el servicio de comedor con condiciones muy estrictas de seguridad, que pasan por la limitación del aforo, por lo que se establecerán franjas de uso, el respeto a una distancia interpersonal de dos metros y las medidas generalizadas de uso de mascarilla, higiene de manos, ventilación y limpieza.
Acerca de los cursos de Envejecimiento Activo que se desarrolla en estos centros, Joaquin Santos ha indicado que «se está estudiando cómo llevarlo a cabo y que se quieren recuperar en octubre, pero con cautela reduciendo grupos y ratios». Los 31 centros que forman la red de hogares de mayores de Aragón fueron los primeros en cerrar sus puertas antes de que se decretara el estado de alarma. Estos centros cuentan con cerca de 110.000 socios.
En cuanto a la situación de las personas mayores que viven en alguna de las 288 residencias que hay en Aragón, la medida más novedosa hace referencia a la posibilidad de que los mayores sin síntomas y que no hayan tenido contacto estrecho con personas sospechosas de tener la enfermedad puedan salir del centro a visitar a sus familias, si bien estas salidas no pueden ser inferiores a un mes de duración.
Santos ha indicado que «es una medida que tiene como finalidad preservar la salud, ponerla por delante y ser muy precavidos, habida cuenta de lo que hemos vivido». Las personas que salgan a convivir durante este periodo con sus familias tendrán la plaza reservada y al regreso deberán realizarse un test para ratificar que son negativo en coronavirus y, en caso de que sea necesario, pasar diez días de aislamiento en los cuales podrán recibir visitas.
En el caso de las personas con discapacidad, el tiempo mínimo de salida (con los mismos requisitos) será de 15 días. En ambos casos solo estarán exentas de aislamiento las personas que den negativo en una prueba serológica de alto rendimiento.
Precisamente sobre el régimen de visitas se establecen otras dos novedades: se permiten a los nuevos residentes que estén cumpliendo su periodo de aislamiento y se amplía a dos el número de visitantes.
Del mismo modo, se amplía a dos el número de acompañantes en el proceso de morir. Además, la orden hace referencia a la flexibilización del régimen de paseos de las personas que viven en residencias, la eliminación de franjas horarias para disfrutar de ellas, así como su duración y acompañamiento. Para ello, deberán dejar constancia de su responsabilidad a la hora de cumplir con las medidas de seguridad preceptivas.
Una vez ya se admitieron los nuevos ingresos en los centros residenciales hace un mes, la nueva orden recoge los criterios de admisión de nuevos residentes, así como las condiciones que deben reunir los centros para poder recibirles. Desde que el pasado 25 de marzo se permitieron los nuevos ingresos, suspendidos durante la pandemia, 393 personas han sido admitidas en las residencias de Aragón.
Dentro de ellas, además, y atendiendo a las nuevas circunstancias y cumpliendo con todos los requisitos de seguridad, higiene y distanciamiento puede reanudarse la utilización de espacios comunes y la realización de actividades en grupo.
Dentro de la orden se regulan también las obligaciones a las que están sujetos los centros sociales tras la pandemia. Entre ellas, figura la declaración y urgente y obligatoria ante cualquier sospecha de COVID, elaborar los planes de contingencia donde queden reflejados, entre otros, el número de usuarios, profesionales y las características y planos del centro, registro de trazabilidad de los contactos; abastecimiento estratégico de material, de tres meses para las residencias y de un mes para el resto de centros de servicios sociales, y formación del personal.
El personal implicado en la aplicación y cumplimiento de estas medidas será denominado «equipo Covid».
Otra de las cuestiones que con el texto publicado hoy queda regulada es la intervención de los centros, en caso de que sea necesario para ordenar la reubicación, aislamiento de residentes y traslados si fueran necesarios, apoyar puntualmente a los centros y atribuir a un empleado público la dirección del centro si así lo requieren las circunstancias.
Con esta serie de medidas se avanza en el nuevo periodo de normalidad de los centros sociales de Aragón tras la pandemia, que ha obligado al cierre de muchos de ellos o ha restringido la afluencia, en otros.