sábado, 14 diciembre 2024

El Aita Mari regresa a Guipúzcoa y denuncia que Italia usa de forma «fraudulenta» la normativa

El barco de rescate ‘Aita Mari’ de Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) regresará este viernes a Pasaia (Guipúzcoa) obligado por las autoridades italianas que, según ha denunciado la ONG, «han utilizado de forma fraudulenta la normativa de inspección de buques».

SMH ha explicado que, a pesar de que han podido realizar la navegación de Palermo a Pasaia, Italia «solo ha dado permiso para este traslado bajo la condición de realizar en el puerto base una serie de modificaciones a bordo». Por ello, el Aita Mari «debe permanecer detenido hasta que dichas modificaciones, obligadas por las autoridades italianas, se lleven a cabo».

A su juicio, este requerimiento es una «trampa administrativa» porque el Aita Mari «cumple con todas la normativa aplicable según su clase y tipo como consta en sus certificados». «Es decir, nos exigen determinada maquinaria y equipamiento a bordo de los que estamos exentos por tamaño», han criticado desde la ONG.

En esa línea, ha considerado que Italia «hace una interpretación muy interesada» de la normativa internacional con el fin de «vaciar de barcos de rescate el Mediterráneo central». «Lo está aplicando a toda la flota civil (hoy mismo el Sea Watch ha sido bloqueado también) y muy pronto conseguirá su objetivo si el resto de autoridades marítimas no actúan», ha advertido.

SMH ha afirmado que «ahora le toca» a las autoridades españolas, a las que ha exigido que actúen, «defender el rigor de su trabajo y la validez de los certificados emitidos por su Administración».

En esa línea, ha recodado que el Aita Mari realizó un rescate el pasado 13 de abril cuando 44 personas fueron halladas a la deriva. En esa ocasión, el buque volvía a Pasaia y no contaba con la tripulación médica y de rescate a bordo. Tras desembarcar a los náufragos y pasar la cuarentena impuesta por el Gobierno italiano en Palermo, este Ejecutivo procedió al bloqueo del Aita Mari (y del Alan Kurdi).

«Hemos pasado 49 días en Palermo, lo cual nos ha supuesto un gasto de más de 55.000 euros, sobre todo por una nueva tasa introducida ‘ad hoc’ por el Gobierno italiano», ha asegurado.