Un estudio muestra que la tasa de mortalidad en Madrid pudo duplicar a la de Nueva York en el pico de la crisis

El trabajo ‘Curva pandémica COVID-19, sobrecarga sanitaria y mortalidad’, publicado en la Revista Científica de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias con información extraída de la base de datos internacional HOPE COVID-19, ha puesto de manifiesto que la tasa de mortalidad en Madrid pudo duplicar a la de Nueva York (EEUU) en el pico de la pandemia.

Y es que, durante el pico de la pandemia por coronavirus en Madrid (del 6 de marzo al 2 de abril) la mortalidad en dos hospitales de Madrid (Hospital Clínico San Carlos y Hospital Universitario Severo Ochoa) ascendió al 27,8 por ciento de los pacientes dados de alta por esta enfermedad. Esta cifra es mucho más elevada que la registrada en China (1,4%) o en Nueva York (10,2%).

El trabajo, realizado por investigadores del Hospital Clínico San Carlos con la colaboración de la Fundación Interhospitalaria para la Investigación Cardiovascular (FIC) y la Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria (IMAS), ha analizado a 914 pacientes dados de alta, fallecidos o vivos, en esas fechas en los hospitales mencionados, comparando los resultados con estudios de China y Nueva York.

La mediana de edad en Madrid fue de 67 años, siendo el 58,6 por ciento hombres. Además, el 70 por ciento de los enfermos presentaron algún factor de riesgo cardiovascular y la mortalidad fue mayor entre los pacientes más mayores y con más comorbilidades que aquellos que superaron la enfermedad.

El perfil clínico entre los pacientes de Madrid y los pacientes chinos fue muy distinto, siendo en estos últimos más joven y sin apenas comorbilidades relevantes. No obstante, el perfil estadounidense fue más parecido al madrileño.

La tasa de mortalidad en los hospitales madrileños fue fluctuando según la demanda asistencial, siendo mayor cuanta más carga asistencial existía (primera semana: 29,4%, segunda: 38,3%; tercera: 42,3% y cuarta: 20,5%, después de alcanzar el pico en la curva pandémica local el 26 de marzo).

El no haber alcanzado el pico de la pandemia en Nueva York en el momento del estudio es una de las causas de la diferencia de mortalidad con respecto al caso madrileño. La falta de protocolos en los hospitales madrileños al inicio de la pandemia y el desconocimiento de la enfermedad también impactó en las diferencias de mortalidad en los diferentes lugares.

«Estos datos apuntan a que cuando el número de casos es desproporcionadamente elevado, eso repercute evidentemente en los resultados. Además, al principio de la pandemia el virus se conocía mucho menos que ahora mismo«, ha dicho el investigador principal del estudio y cardiólogo del Hospital Clínico San Carlos, Iván Núñez Gil.

De hecho, otra de las cuestiones que pone de relieve el estudio es un cambio significativo en los patrones de tratamiento con el uso creciente de hidroxicloroquina y lopinavir/ritonavir. La hidroxicloroquina, cuya efectividad y efectos adversos han causado gran controversia durante la pandemia, en el registro HOPE, el análisis de la cohorte española apunta a que este medicamento podría aportar un beneficio de mortalidad en un subgrupo de pacientes con enfermedad más grave.

«Seguimos con la controversia y esperamos poder facilitar información más detallada con alguna publicación en el futuro; actualmente se encuentra en revisión en una revista», ha recalcado el experto, para subrayar la importancia de disponer de «más y mejores recursos», materiales y humanos para mejorar los resultados.