El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha escrito su carta estival abierta a toda la sociedad en la que anima a «dejar atrás lo que no es importante e invertir en el futuro» y reclama un «acuerdo de reconstrucción social para que nadie quede descartado» tras la pandemia.
Según ha informado la Diócesis en un comunicado, la misiva está centrada en la «nueva normalidad» que la pandemia de covid-19 está imponiendo.
Dividida en cuatro grandes puntos, la carta comienza con su intención, si las condiciones en las próximas semanas lo permiten, de anular el decreto emitido a primeros de marzo en el que dispensaba de la obligación de todo cristiano de acudir a la misa del domingo.
«Recomiendo vivamente la vuelta a la Eucaristía de los domingos cuidando el aforo y las medidas sanitarias. Toda la prudencia es poca por los rebrotes en todo el mundo. Como cristianos tenemos que ser ejemplares en el cumplimiento de la pautas de salud pública. Nuestra vida cristiana se debilita sin la Eucaristía vinculante del domingo. Los cristianos no podemos vivir sin la Eucaristía, pues es de donde brotan nuestras fuerzas», ha recordado el Obispo, insistiendo en «no relajarnos en nuestras responsabilidades» para prevenir contagios.
En su carta también pone el acento en los mayores y personas más vulnerables y sostiene que la pandemia, «y más durante el confinamiento, nos ha abierto los ojos», de tal forma que nos ha planteado «el sentido de la vida y ha reordenado nuestras prioridades».
En este sentido, monseñor Elizalde ha querido resaltar dos colectivos que «encarnan esta vulnerabilidad: los ancianos y el conjunto de migrantes, refugiados y personas que viven bajo el umbral de la pobreza», asegurando que «la Iglesia los arropa y acompaña».
Para el Obispo de Vitoria, «los más frágiles son los más golpeados por la pandemia» y reclama «un acuerdo de reconstrucción social para que nadie quede descartado», aludiendo a la «colaboración de todos ante la crisis económica y social en la que ya estamos inmersos». «Seamos corresponsables. No es momento de mirar a otro lado», ha advertido.
En calidad de encargado en la Iglesia española del área de Migrantes y Refugiados, ha hecho además hincapié en tener presente la «dura y complicada realidad de quienes huyen de guerras y hambre».
Monseñor Elizalde reconoce que la situación provocada por el covid-19 le ha movido a entregar a la comunidad diocesana todo su «afecto y energías, pero no como antes de la pandemia», ya que como Obispo «han variado mis prioridades queriendo aunando sinergias de mucha gente que trabaja con ilusión e invertir decididamente en el futuro».
En este sentido, da a conocer los nuevos nombramientos en la Diócesis con los que ha tratado de «robustecer este futuro apostando por personas que trabajan con pasión»».
Entre ellos se encuentran el escolapio Juan José Iturri, nuevo párroco de la Iglesia del Espíritu Santo en la calle Florida que estaba en peligro de ser cerrada. Desde ahora estará gestionada por la Comunidad de los Escolapios «junto a la vitalidad del colegio San José de Calasanz», pasando a ser esta su parroquia para uso de alumnos y familias.
Asimismo, el recién ordenado sacerdote José Antonio Vega ha sido nombrado párroco de 31 pueblos de Ribera Baja, Añana y Lantarón. Sus compañeros seminaristas están adecuando la casa parroquial de Rivabellosa para convertirla en un centro juvenil referencia en la zona. Marcellin Yapo y Ablé-Venance Ayemou serán los nuevos párrocos de Elvillar, Laguardia, Páganos, Samaniego y Villabuena.
Otro nombramiento nuevo es el de Unai Ibañez, nuevo rector del Seminario, tras haber sido el sacerdote más votado en la consulta que el Obispo hizo a los Consejos diocesano y presbiteral. Ibañez asume este cargo en un momento de crecimiento en el número de seminaristas en sustitución del hasta ahora rector, Alfredo Arnaiz.
Además, Juan José Infantes ha sido nombrado Vicario de Vida Consagrada y Vocacional mientras que Oscar Susaeta, profesor de Egibide y sacerdote de la Sagrada Familia en el parque del Prado, se suma al equipo de la Delegación de Jóvenes. Con esto, el Obispo quiere que el Seminario, Juventud y Pastoral Vocacional colaboren estrechamente en el proyecto de revitalización de la Diócesis.
En este sentido, del 10 al 14 de agosto, jóvenes de la Diócesis junto con el Obispo, viajarán a la localidad francesa de Lourdes para tener un Encuentro Vocacional junto a la gruta de las apariciones.