Marlaska reconoce que la radicalización de presos yihadistas es una «problemática importante»

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha reconocido este lunes que la radicalización de yihadistas en prisión es una «problemática importante», y por eso es uno de los focos en los que se centran las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para luchar contra este fenómeno terrorista.

En la inauguración del curso ‘El yihadismo global en transición’, dentro de la escuela de verano de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en San Lorenzo de El Escorial (Madrid), Marlaska ha destacado que el año pasado fueron detenidos 58 sospechosos relacionados con delitos de terrorismo y que en lo que va de 2020 ya hay otros 20 arrestados.

Según ha recordado, la semana pasada hubo tres detenidos, dos en Barcelona y uno en Alicante, los primeros por formar una célula que «aspiraba a atentar usando explosivos» y el tercero, un español «altamente radicalizado» y especializado en «gestionar repositorios multimedia vinculados al entramado oficial» del Estado Islámico (Daesh o ISIS) y difundirlo a través de videojuegos.

«Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han desarrollado numerosas operaciones durante el año pasado y también en lo que llevamos de este, teniendo especial incidencia las dirigidas contra las células de captación, adoctrinamiento y adiestramiento, así como las encaminadas a desmantelar estructuras de financiación y de radicalización en prisiones, otro de los mundos concretos donde se actúa de forma efectiva y donde la problemática es importante», ha explicado.

Tras elogiar el trabajo de policías, guardias civiles y policías autonómicos, el ministro ha manifestado que justo cuando se van a cumplir tres años de los atentados de Barcelona y Cambrils y 16 años después del 11-M, «la amenaza del terrorismo yihadista está muy presente en nuestro país».

En su opinión, «una de las principales lecciones aprendidas» es que lo más eficaz para luchar contra el yihadismo es «llevar la iniciativa frente a los terroristas y movilizar todas las capacidades del Estado y de la sociedad en su conjunto».

También rendir homenaje a las víctimas manteniendo la memoria, que es «una obligación de los poderes públicos con la ciudadania en general, pero sobre todo con las víctimas y sus familias», y «seguir trabajando ahondando en los fenómenos terroristas, en estudiarlos, en hacerles frente, en anticiparlos».

Como en la lucha contra ETA, ha añadido Marlaska, «hay que poner en valor la entidad y la fuerza del Estado de Derecho para hacer frente» al fenómeno terrorista que «atenta siempre contra los valores y principios que rigen nuestra convivencia».