Efecto Enrique Ponce: Parejas con diferencia de edad, ¿por qué cada vez es más habitual?

A lo largo de los años, han existido diversos modelos de parejas. Uno de los más comunes, siempre ha sido ese que implica el que exista una importante diferencia de edad entre ambos miembros. De forma tradicional, esto, al contrario de ser un problema, era incluso una representación de la virtud y, sobre todo, una garantía de que la cosa iría bien.

Los roles de género estaban muy diferenciados. Por eso, la relación del hombre maduro con una situación económica fuerte aseguraba la supervivencia familiar. Más incluso si la otra parte era una mujer joven con la que se asegurara que habría hijos de por medio. Este era el motivo de que fuera uno de los modelos más seguidos, por lo que no era extraño ver diferencias de edad de entre 10 y hasta 15 años.

Aunque durante un tiempo pareció dejar de estar tan extendido, parece que el modelo ha vuelto. Parejas con diferencia de edad, ¿por qué cada vez es más habitual?

Relaciones y parejas con mucha diferencia de edad

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La economía es una de las bases de una pareja. Antiguamente, la mujer se dedicaba al hogar, en la gran mayoría de ocasiones, y era el hombre el que trabajaba fuera de casa. Por eso, los hombres más mayores se consideraba que tenían más dinero o, al menos, más estabilidad en su economía. Las mujeres jóvenes, por su parte, estaban más preparadas para tener hijos y completar así el círculo familiar.

Pero, ¿qué sucedía con las relaciones homosexuales? En ellas, la diferencia de edad, también ha estado muy presente. Todo surgió en la época de la Antigua Grecia. Era prácticamente un privilegio de la aristocracia en mantener relaciones entre hombres maduros y adolescentes. De hecho, se consideraba como una especie de rito que los preparaba para la vida.

El hombre adulto, curtido en la vida, apadrinaba al efebo para introducirlo en la sociedad, muy importante en la época. Esto derivaba en aprender otro tipo de prácticas como el erotismo o la pasión. Una relevancia especial cobraban los roles de pasivo-sumiso y activo-dominante. Hoy en día, se sigue manteniendo todo esto como un cliché y estigma que acompaña a la homosexualidad, a pesar de que las cosas han cambiado por completo.

La actualidad de las parejas con diferencia de edad

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Hubo un tiempo en el que dejó de ser tan frecuente ver tantas parejas con una diferencia de edad marcada. Esto sucedió debido a que cada vez existe mayor igualdad entre los roles de género y también existe una mayor cantidad de derechos reconocidos hacia la homosexualidad. Sin embargo, en los últimos tiempos parece que vuelve a convertirse en una tendencia al alza. ¿Por qué está sucediendo?

Precisamente debido a ello, a la igualdad que se ha ido ganando con el paso del tiempo. A pesar de que las personas no están con otras mucho más mayores o mucho más jóvenes por los mismos motivos que antes, siguen haciéndolo. La diferencia principal es que, en la actualidad, no es necesario esa protección ni esa garantía de descendencia, por lo que, quienes deciden hacerlo, es basándose en el amor, guiándose por su libertad y su corazón.

Sigue siendo también muy frecuente entre parejas homosexuales. Esto puede tener un motivo diferente al anterior. En muchos países, la normalización de la misma es bastante reciente. Por eso, la autoaceptación es algo complicado de asimilar en algunos casos. Una persona mayor puede funcionar como un guía para otro más joven. Aunque son solo hipótesis, podría ser uno de los motivos principales.

Cómo de factibles son este tipo de relaciones

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Para saber cómo de viables son las parejas con una diferencia de edad notable, primero habría que entra a valorar en qué momento vital se encuentra cada uno de los miembros. Por ejemplo, entre una persona de 20 años y una de 15, aunque solo es una diferencia de 5 años, la relación supondría un delito. Ambos no estarán en la misma etapa de la vida y, de hecho, uno de ellos es menor.

Sin embargo, una diferencia de 5 años entre alguien de 35 y otro de 40, no debería suponer problema alguno. Los dos estarán en momentos de la vida similares y, además, tendrán la suficiente madurez como para elegir a sus parejas. Otros factores que habría que entrar a valorar son de índole cultural. Sin embargo, la respuesta rápida es que sí, este tipo de relaciones pueden funcionar como cualquier otra.

Eso sí, los retos puede que lleguen a ser mayores que en el resto. La clave está en encontrar el equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe. Para ello, cuantas más cosas se compartan, mejor. Por ejemplo, la idea sobre tener o no hijos, la situación económica, la sexualidad, las manías, etc.

El equilibrio, clave en estas y en cualquiera de las parejas

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Este equilibrio se puede conseguir si ponemos de nuestra parte y, los dos miembros, sacrifican algo para situarse al nivel en el que se encuentre el compañero. Eso sí, esto debe entenderse como algo relativo y no absoluto. Si así se hiciera, la parte que menos dinero tiene o la que menos apetencia sexual presenta, podría llegar incluso a sentirse en deuda con su compañero.

Si la relación tiene demasiadas asimetrías, cuando alguien da una parte de sí mismo, lo normal es que el otro también lo haga, aunque sea de forma diferente. Por ejemplo, la persona más joven disfruta de consejos y vivencias y, por el contrario, el más mayor disfruta de la juventud del otro y de sus ganas de vivir y pasarlo bien.

Debe ser una relación mucho más generosa, quizá, que las demás. Muchas cosas podrían ser diferentes: la forma de querer divertirse, la situación económica, la idea sobre la estabilidad de una relación, etc. Debemos, ante todo, respetar al otro, así como ser tolerantes y estar abiertos a probar cosas nuevas. Como cada vez entendemos el amor de una mejor forma, más libre y altruista, ahora más que nunca, las parejas con diferencias de edad pueden alcanzar grandes éxitos.