El cuartel de la Guardia Civil de San Sandurniño (A Coruña) ha acogido este lunes, 3 de agosto, un acto de homenaje con motivo del 35 aniversario del fallecimiento del cabo Fernando Amor Calvo, víctima de un atentado terrorista de ETA, y que era natural de este municipio perteneciente a la comarca de Ferrol.
En el homenaje, en el que han estado presentes la viuda, la hija y el hermano del guardia civil asesinado, se ha descubierto una placa en su recuerdo, en un acto que ha estado presidido por la subdelegada del Gobierno en A Coruña, Pilar López Rioboo.
Durante la celebración de este homenaje, celebrado en la plaza situada en las inmediaciones del cuartel, López Rioboo ha destacado «la importancia de este reconocimiento, que partió desde los propios compañeros de la Guardia Civil destinados en San Sadurniño», al mismo tiempo que ha reseñado que fue precisamente la Benemérita «la institución que más directamente sufrió los ataques terroristas al haber sido la más beligerante y eficaz en la lucha contra el terrorismo».
DEUDA
«Soy consciente que seguiremos en deuda con todas las víctimas, pero espero que podáis sentir nuestra cercanía, nuestro apoyo y nuestra solidaridad para al menos tratar de saldar una parte de esa deuda que siempre mantendremos con las personas que, como Fernando, nos han permitido consolidar nuestra libertad», ha manifestado la representante del Gobierno en el acto.
Por su parte, el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de A Coruña, Francisco Javier Jambrina, ha destacado el gesto de los agentes de San Sadurniño a la hora de acordarse de este compañero fallecido en acto de servicio, «ya que han sido sus actuales compañeros del puesto los que han decidido adquirir una placa y dedicársela como recuerdo en el interior de este cuartel, un gesto que dice mucho de sus cualidades humanas y profesionales».
En este acto también ha tomado la palabra la hija del agente fallecido, que no llegó a conocer a su padre. «Cambió todos los proyectos que tenían mi padre y mi madre, que lo que más ansiaban era poder regresar a Galicia para poder disfrutar de esta tierra», ha señalado en relación a la acción terrorista.
ATENTADO
El 3 de agosto de 1985 Fernando Amor Calvo, que tenía 25 años, falleció durante el proceso de desactivación de un artefacto explosivo colocado por ETA en la localidad alavesa de Luyando.
La bomba, compuesta por seis kilos de Goma 2, había sido colocada junto a la puerta de un disco-pub, dentro de una caja de galletas. La Guardia Civil trató de desactivar el artefacto por varios medios, algo que no fue posible, momento en el que el agente fallecido decidió acercarse para poder manipular el mismo, y explotó de manera sorpresiva y falleció a las pocas horas de ser trasladado con vida a un centro hospitalario.
Los restos mortales de este agente de la Benemérita fueron traídos desde el País Vasco a San Sadurniño, en donde recibieron sepultura.
Este acto de homenaje también ha contado con la presencia de varios alcaldes de la comarca de Ferrolterra, como los nacionalistas Secundino García y Beatriz Bascoy, regidores respectivamente de San Sadurniño y Moeche; el de Valdoviño, el socialista Alberto González; y el de As Somozas, el popular Juan Alonso Tembrás; además del jefe superior de Policía de Galicia, José Luis Balseiro.