¿Habías pensado alguna vez que tener sexo te puede llevar a la muerte? Sí, parece que es una de esas actividades físicas en las que las posibilidades de morir no son tan bajas como piensas. El acto sexual es, sobre todo, peligroso para algunos hombres, independientemente de que estos sean mayores o jóvenes, si cuentan con problemas de corazón. Las probabilidades de muerte por el mismo en las mujeres es mucho menor.
De hecho, existen casos reales de personas que han fallecido tras mantener relaciones sexuales. Algunos ejemplos los podemos ver en el ex Vicepresidente de los Estados Unidos, Nelson Rockefeller o el presidente de Francia Félix Faure. Según la leyenda, el Papa León VII murió también por un ataque al corazón ocasionado tras un encuentro sexual.
Tener demasiado o no practicarlo de la forma adecuada puede suponer problemas graves. Descubre cómo puedes morir de sexo (literalmente).
Los hombres tienen más posibilidades de morir por sexo
En el caso de los hombres, llama la atención que son personas mucho más propensas a morir durante el sexo que las mujeres. Sin embargo, si nos ceñimos a datos objetivos, las posibilidades de ser salvados también aumentan.
Existen una serie de estudios propiciados por el Hospital Universitario de Helsinki y el Centro Médico Cedars-Sinai que recogen que este tipo de muerte, ocasionada tras un encuentro sexual apasionado, es hasta 10 veces más probable en el que caso del género masculino y no así en el femenino. No obstante, la posibilidad de salvar la vida de la víctima aumenta cuando el sexo es el ocasionante del problema. Mucho más, de hecho, que incluso si sucediera en la calle, a plena luz del día y se estuviera rodeado por muchas personas.
Eso sí, para que la persona pueda ser salvada después de haber mantenido relaciones sexuales, su pareja de cama debería saber practicar de forma correcta un masaje cardíaco. Esto es así porque la forma de morir más común durante este tipo de encuentros son los ataques al corazón o los infartos.
Las cifras de la tragedia: cuántas personas mueren durante el sexo
Uno de los últimos estudios realizados al respecto tuvo como muestra nada menos que un millón de hombres. Por eso, se han podido arrojar algunos resultados que resultan sorprendentes. Entre los años 2002 y 2015, parece que murieron unos cinco mil hombres a causa de un ataque al corazón durante o después del sexo.
Estas cifras son interesantes ya que también muestran que, de todas las víctimas citadas, tan solo 34 fallecieron durante el acto sexual. El resto de las mismas, lo hizo en los momentos e incluso horas posteriores. Esto tan solo reafirma la importancia que tiene el conocer las medidas que debemos tomar y el saber practicar un masaje cardíaco efectivo para ponernos manos a la obra cuanto antes. Tener este tipo de conocimientos podría salvar la vida de la otra persona.
Solo un tercio de todas las personas que fallecieron a causa del ataque al corazón tras practicar sexo recibieron una correcta reanimación cardiopulmonar a manos de su pareja. Cerca del 27% de los casos en los que esto sucede, las víctimas no reciben ningún tipo de ayuda, bien por desconocimiento o por el bloqueo de la otra persona.
Malas prácticas en nuestras relaciones sexuales
Existen una serie de malas prácticas que realizamos durante el sexo y que nos pueden llevar a situaciones complicadas. De hecho, podemos morir en algunos casos. Una de ellas, por ejemplo, es hacer un uso incorrecto de la viagra. Este es un medicamento muy extendido, usado, sobre todo, por personas de edad avanzada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hipotensa a los pacientes, por lo que si la persona se medica para bajar la presión, el cuerpo podría no resistirlo y terminar conduciendo a la muerte. Es decir, esto no tiene nada que ver con una enfermedad, sino por no hacer un buen uso de las medicinas a nuestro alcance.
Otra de las causas por las que las personas pueden morir si practican sexo es por arritmias. Es decir, que se tomen sustancias que puedan producirlas o si se tiene un desequilibrio entre la demanda y el aporte de oxígeno que necesita el cuerpo ocasionado por un problema de salud. En el momento en que la sangre no llega por completo a las arterias del corazón, aumenta en grandes proporciones el riesgo de sufrir un infarto.
Eso sí, cualquier persona, aunque haya sufrido alguna enfermedad cardiovascular, puede tener relaciones sexuales. Estas, no obstante, deben estar controladas de forma correcta. Antes de continuar con nuestra rutina normal, debemos consultar con un especialista que nos explique qué y cómo lo podemos hacer. Por ejemplo, debemos tener más cuidado con esas posiciones que gastan mucha más energía, pues no podremos superar nuestra frecuencia cardíaca máxima. Esta viene dada de acuerdo a la edad y el género y, sin un control adecuado, el corazón puede llegar a fallar.
También puede salvarte
No obstante, a pesar de que el sexo puede conducirte a la muerte en el caso de tener problemas de corazón, siempre que hagamos una actividad excesiva y no consultemos de forma regular a nuestro médico de confianza, también nos puede ayudar en determinados momentos.
Para asegurarnos, nos basaremos en los resultados de un estudio de 2006 donde se confirma que tener sexo de forma activa nos puede ayudar a bajar la presión arterial. Es decir, en caso de ser personas sanas, también nos puede ayudar a prevenir los temidos ataques al corazón. El control es la clave y saber cómo funciona nuestro cuerpo y hacer las cosas de acuerdo a nuestra condición, género y edad, serán elementos claves a la hora de que el acto sexual nos beneficie y no nos termine condenando.
Por eso, debemos siempre practicarlo con cuidados especiales si somos personas de edad avanzada o que tienen otras enfermedades cardiovasculares. Es cierto que nadie sabe si va a tener o no un ataque al corazón pero, por razones lógicas, quienes tienen más probabilidades deben cuidarse más. El sexo es una actividad física, por lo que requiere ciertas atenciones. En especial, debemos tener cuidado en caso de padecer algunas patologías como asma, arritmias o cualquier otro problema relacionado con el corazón.