Los restos óseos de Migel Joakin Eleizegi Ateaga (Altzo, 1818-1861), conocido como el Gigante de Altzo y en cuya vida se inspiró la película ‘Handia’, revelan que su leyenda fue real y que padeció una «avanzada» artrosis y osteoporosis, que le causaron dolores.
En un acto en el pequeño cementerio Altzo Azpi del municipio, responsables de la Sociedad de Ciencias Aranzadi protagonista del hallazgo, de la Diputación de Gipuzkoa, del Ayuntamiento de la localidad, encabezados por su alcalde, Txomin Rezola y descendientes de Eleizegi han explicado cómo se ha desarrollado la investigación.
Los investigadores de Aranzadi comenzaron la excavación en la tumba de Eleizegi el pasado miércoles y el viernes desenterraron un fémur de 64 centímetros.
Lourdes Herrasti, de la sección de Antropología de Aranzadi, que ha dirigido la excavación junto con el forense Paco Etxeberria, ha explicado que la investigación arrancó en la sepultura familiar, para luego centrarse en el osario del camposanto donde se encontraron, «en muy buen estado», los restos donde «siempre» estuvieron.
De este modo, Herrasti ha explicado que, a la espera del análisis de ADN, se confirma, dado el tamaño de los huesos encontrados, que la leyenda Gigante de Altzo fue real y «todas» las hipótesis sobre que sus restos fueran vendidos o robados «no tienen sentido ya». «Estaba aquí junto a nosotros», ha indicado, para añadir que sus vecinos «siempre le han protegido».
Además, la investigadora ha afirmado que se ha advertido en los restos encontrados «una avanzada artrosis y osteoporosis», lo que explicaría los dolores de los que se aquejó Eleizegi durante toda su vida.