Gran inquietud en la comunidad educativa: ¿es segura la vuelta al cole?

La cuenta atrás para la vuelta al cole ha comenzado. Menos de tres semanas para que los primeros alumnos regresen a los centros que tuvieron que abandonar de la noche a la mañana a causa de la transmisión comunitaria que se desató en España en marzo. 8,5 millones de menores volverán a las aulas, coronavirus mediante. Desde entonces, la improvisación en materia de Educación ha sido la tónica general. El tercer trimestre se ha dado por perdido en la mayoría de las Comunidades Autónomas y la ministra de Educación, Isabel Celáa se ha comprometido a que el curso 2020-2021 sea presencial irrenunciablemente. Pero, ¿está preparado el sistema educativo para esta vuelta al cole impuesta?

La OMS ha añadido más leña al debate: recomienda que la vuelta al colegio no sea presencial en los países con altas tasas de contagios. Si bien España no es el país que más preocupe a nivel mundial, con América como foco, lo cierto es que esta postura avala la teoría de muchos de que no existen garantías de seguridad para que los menores vuelvan al colegio, aunque sea casi una necesidad para ellos. Hemos conversado con padres, madres, asociaciones y sindicatos y esta es la visión actual de la comunidad educativa.

LOS REFUERZOS, POSITIVOS PERO INSUFICIENTES PARA LA COMUNIDAD EDUCATIVA

Desde la Federación de Enseñanza de CCOO exigen a las autoridades políticas que aseguren a padres y docentes una vuelta a las aulas segura. Lo ideal, explican, sería que en cada clase hubiera un máximo de 15 estudiantes por clase, y con las correspondientes medidas de seguridad e higiene.  

Ahora bien, insisten en que dicha labor de vigilancia no debe recaer en los equipos directivos sino en los delegados de prevención, que son quienes tienen los conocimientos y recursos para tomar medidas en caso de situaciones de riesgo. A esto se le suma que, a apenas un mes del inicio de las clases, la gran mayoría de los centros aún no han elaborado los protocolos que garanticen la vuelta a las aulas con seguridad, ya que no existen protocolos firmes y detallados, por lo que nadie sabe con certeza qué normas sanitarias deberán cumplirse en los colegios.

PENSAR A LARGO PLAZO VS LA VUELTA AL COLE YA

CCOO subraya que la dotación extraordinaria planteada por el Gobierno, aunque importante, es insuficiente. Ya antes de la pandemia, los sindicatos habían alertado de la insuficiencia presencia de enfermeros en los colegios. “En autonomías como Castilla-La Mancha, en febrero había una única persona de enfermería para más de 4000 alumnos”. Valoran como positivo que algunos gobiernos regionales, “los menos”, opten por reforzar tanto la asistencia en enfermería como en profesorado, aunque sigue siendo insuficiente para las necesidades reales que va a exigir la vuelta al cole en plena pandemia. Desde la Plataforma Estatal de Enfermera Escolar estiman que el coste de la enfermera escolar en los centros educativos tendría un coste estimado de 16-20 euros al año por habitante.

Los sindicatos llaman la atención sobre la presión y las responsabilidades que están recayendo en los equipos directivos de los centros. Estos ya han avisado que se sienten sobrepasados por la carga que se les exige y la falta de concreción en las instrucciones, cambiantes, e incluso, en ocasiones, contradictorias. “No somos médicos ni enfermeros”, lamentan. Y es que este colectivo, al igual que los padres y madres, se sienten abandonados a su suerte, con toda la responsabilidad de tomar decisiones drásticas según los diversos escenarios. Los sindicatos, enfermeros y los propios gerentes de los centros educativos de todos los niveles insisten en que no se trata de dar una formación exprés a los docentes y arrancar el curso.

Recuerdan que está en juego no solo el hecho de que los niños vuelvan a las aulas, una medida que aseguran es primordial, siempre y cuando se garantice la seguridad de todos. Hay que tener en cuenta que, con la vuelta a las aulas, con muchos padres teletrabajando, un retroceso hacia una formación telemática aún sin definición, podría llevar a un problema social todavía más grave.

No descartamos movilizaciones en aquellas autonomías en las que no se garantice una presencialidad segura”, aseguran.

LA BRECHA DIGITAL, EL OTRO RIESGO DE LA VUELTA AL COLE

El boom de la transmisión comunitaria de la pandemia pilló al sistema educativo con escasos recursos para afrontar una educación a distancia u online -que no es lo mismo-. Muchos niños (y padres) han comprobado cómo la falta de recursos podría limitar la educación de sus hijos en la Escuela Pública. Sindicatos y asociaciones de padres y madres exigen una mayor dotación de recursos tecnológicos y de conexión a Internet para el alumnado con menores recursos en casa.

Pero van un paso más allá: porque de poco sirve que el alumno tenga la Tablet o el portátil si no se fomentan pedagogías adaptadas a cada grupo de edad. Estos colectivos explican que no es lo mismo un curso online para Educación Primaria o Infantil, donde la socialización forma parte de las dinámicas de aprendizaje, que en las últimas etapas educativas.

SEIS MESES Y UN TRIMESTRE, PERDIDOS

Los profesores se quejan amargamente de que se han perdido seis valiosos meses para afrontar una verdadera transformación digital de las metodologías de formación, al tiempo que alertan de que un curso completo con el estrés y la dedicación que exigen los actuales mecanismos de formación telemática podría generar un agotamiento excesivo. “Llevamos años reclamando las plazas que deberían convocarse para reforzar el sistema educativo”, lamentan, y hacen una llamada a la desesperada para que se agilicen las contrataciones de interinos y se convoquen de forma extraordinaria las oposiciones pendientes para 2020 y 2021.

“¿Cómo llegar a los desdoblamientos de horarios si no tenemos más compañeros? ¿Tendremos que asumir otra vez más carga de trabajo sin mejorar las condiciones?”, se preguntan. Y es que algunas comunidades autónomas han optado en sus planes aún no completamente definidos que podría darse un desdoblamiento de horarios para lograr que los alumnos no sobrepasen los 20 por aula, sobre todo en Primaria y Secundaria. También se cuestionan cómo van a organizar las horas lectivas si se llevan a cabo algunos de los planes de flexibilización de entrada y salida de los alumnos según vaya evolucionando la pandemia.