¿Estamos en una segunda ola? Los científicos y epidemiólogos no se ponen de acuerdo en definir la actual situación en España, donde se está dando, de nuevo, un avance asimétrico de la pandemia. Lo vimos en marzo-abril, y los estamos constatando a día de hoy, antes del otoño esperado. Regiones como el País Vasco, Aragón o Cataluña hablan de segunda ola en sus territorios, algunos de los cuales pasaron por encima en la primera fase de la enfermedad. Provincias que apenas vivieron episodios de contagio están registrando en las últimas semanas una incidencia desacostumbrada. Los científicos y epidemiólogos apuntaban, unos, que la segunda onda de contagios sería más masiva pero menos letal; otros a la inversa. ¿Qué está ocurriendo en las 52 provincias de España? Vamos a intentar comprender los datos y los conceptos básicos para entender en qué punto estamos y hacia dónde nos dirigimos.
QUÉ SE ENTIENDE COMO SEGUNDA OLA
El quiz de si para unos y otros estamos o no inmersos en una segunda ola u onda epidemiológica radica en el concepto mismo. No existe una definición clara por parte del Gobierno, Fernando Simón a la cabeza como responsable del centro de Coordinación de la pandemia, de cuándo se va a aplicar el término segunda ola a una situación epidemiológica u otra.
Así, para algunos especialistas como el propio Fernando Simón, el concepto está muy relacionado con el hecho de que haya focos y contagios en los cuales se desconoce el origen, y se trate, por lo tanto, de transmisión comunitaria. En este punto, territorios como País Vasco, Navarra y Cataluña tendrían focos que cuadran con este enfoque. ¿Por qué entonces ha negado Fernando Simón el término segunda ola?
Hace unos meses, a preguntas de los periodistas, Fernando Simón expuso la posibilidad de que la evolución del virus fuera asimétrica entre cada una de las provincias, de tal forma que unas pudieran estar viviendo una segunda ola mientras que otras registran menor impacto. ¿Es lo que está ocurriendo? Veámoslo.
ESPAÑA VS PROVINCIAS
En el vídeo anterior, Fernando Simón apunta un elemento básico para comprender el índice de afectación del virus en las diversas poblaciones. Madrid y el círculo del área metropolitana de Barcelona son focos naturales de contagio en tanto en cuanto concentran una amplia densidad de población (habitantes en relación al espacio en el que coexisten). Otros casos como el de Lérida o Almería, ponen de manifiesto que además del índice de población y los hábitos sociales, las condiciones de habitabilidad también son factores incrementales (las provincias mencionadas) o reductores.
¿Qué nos dicen estas gráficas? Es evidente que hay un segundo repunte de casos, como si se tratara de una campaña de Gauss invertida, donde comparativamente, se podría decir que estamos en los niveles de mayo. ¿Hemos retrocedido? Lo cierto es que no, pues, en términos nacionales, la saturación de los medios sanitarios es menor y el número de fallecidos crece pero no en los casos que se registraron en el pico de la pandemia.
En caso de continuar con esta tendencia, es posible que el rango de saturación del sistema sanitario sea puntual y más contenido en el tiempo.
De hecho, el multiplicador de casos, en términos nacionales, aún no ha alcanzado el nivel de peligrosidad. Si bien comienzan a repetirse los patrones de escalabilidad de los contagios. Recordemos que durante el Estado de Alarma, el índice de multiplicación de referencia para Simón se situaba en el x1. Llevamos semanas superando ese umbral.
Pero esto es a nivel de cómputo global. Como decíamos, no es lo mismo una alta incidencia en Madrid o en Soria. Hay que mirar cada provincia por separado.
INCIDENCIA ASIMÉTRICA ENTRE LAS PROVINCIAS
Este compendio que se ha trabajado el proyecto lab.montera34.com y @numeroteca, se ve más claramente la evolución de los positivos de media por provincia. Aquí podemos ver claramente que provincias como A Coruña y Pontevedra, que apenas habína registrado focos, se ha disparado en el tramo de julio-agosto.
Almería, que es uno de los puntos negros actualmente en número de casos, en la primera oleada fue muy escasa la incidencia, como les ha ocurrido a Lérida y Zaragoza.
El cordón en torno a Madrid, que llegó a concentrar los mayores índices de contagio y mortalidad (Ávila, Segovia, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara o Toledo), está registrando un impacto menor, quizás porque muchas empresas han instaurado el teletrabajo y los ERTE y por lo tanto hay un menor trasvase de población con Madrid.
Valladolid, Sevilla, Palencia , Asturias, Alicante, Córdoba y Granada están viendo cómo el grado de contagio es menor aunque existente, siendo en todos ellos tendentes hacia arriba.
Barcelona, Tarragona, Valencia, País Vasco, las zonas más pobladas, están registrando un patrón similar, lógico dada la concentración poblacional y el punto de tránsito de personas que suponen. De Madrid se espera que ocurra algo similar.
¿ES MÁS LETAL ESTA SEGUNDA OLA?
A tenor de los incrementos por regiones, que se dan siempre en términos globales, se puede inferir que en todas las regiones se están dando menos casos de fallecimientos, aunque se espera que en las próximas semanas esta tendencia se clarifique y siga una proyección lógica de aumento, sobre todo allí donde más casos se identifican, más ingresos se producen y más elevada es la edad de la población afectada -es importante no descuidar que mueren personas por covid-19 de todas las edades-.
Asimismo, que una región como Castilla y León tenga el mismo nivel de incidencia por ejemplo que Aragón y más del doble de muertes muestra el grado de letalidad para la población que se ha producido. Ocurre igual entre Extremadura y Canarias: cuentan con los mismos positivos mientras que el diferencial de fallecidos se multiplica por 4 en el caso de Extremadura. Durante la primera oleada, el mayor índice de mortandad por cada 100000 habitantes se situaba en Soria.
LOS BROTES, NO SOLO EN ESPAÑA
Aunque los países del entorno nos miren con recelo, la tendencia es claramente similar en otros países europeos como Bélgica, Holanda o Dinamarca, donde el primer «ataque» fue menor, y ahora la segunda ola se muestra más implacable. Eso sí, el caso de Italia es muy llamativo, después de ser considerado el foco de contagio del resto de Europa, sus brotes son menores y más controlados.