Una y otra vez: lo que ha ‘tragado’ Pablo Iglesias por aferrarse al poder

  • La fusión entre Bankia y CaixaBank es solo una de las múltiples discrepancias entre Iglesias y Sánchez
  • Tras decirse de todo en el Congreso y hacer visible que el entendimiento con Pedro Sánchez sería imposible, Pablo Iglesias logró cerrar un acuerdo de Gobierno con el PSOE. A pesar de caer en escaños y obtener un resultado nada positivo, logró hacer valer cada diputado para lograr su objetivo: formar parte del Ejecutivo. Pero el poder es caro y trae consigo sufrimientos. La versión del líder de Unidas Podemos no ha sido la misma desde que fue designado como vicepresidente. La fusión de Bankia y CaixaBank es solo la puntilla a un constante ‘trágala’.

    El nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado fue el primer punto en el que Pablo Iglesias tomó consciencia de lo que tendría que soportar en un Gobierno dominado por socialistas. En el pasado había criticado la figura de Delgado por aparecer en los audios de Villarejo. Ya en el Gobierno, dio su aprobación a su nombramiento después de que ella pidiera “disculpas”.

    Algo similar sucedió con José Felix Tezanos y su Centro de Investigación Sociológica. Pablo Iglesias, en la misma línea que formaciones como PP o Ciudadanos, alzó la voz para hablar de que se trataba de un organismo orquestado por el PSOE. En su cuenta de Twitter se puede vislumbrar un mensaje en el que dice que “el CIS es una institución pública, no el patrimonio del partido que gobierna. Tezanos, en tanto que presidente, no puede defender abiertamente el viejo bipartidismo y pedir el voto. Debería ser cesado ipso facto”. Desde su entrada en el Gobierno ha guardado silencio y ha avalado que su figura siga dentro de este organismo.

    Otra de las figuras antes defendidas y ahora olvidadas por Pablo Iglesias fue Fernando Garea. Cuando salió de El País el líder de Unidas Podemos tildó de “purga” su cese y no lo vio como algo lógico. Sin embargo cuando Pedro Sánchez, por decisión propia, le apartó de la Agencia EFE, el ahora vicepresidente segundo se quedó mudo. Ver, oír y callar para mantenerse aferrado al poder.

    Ya al margen de figuras o nombres, una de las primeras concesiones que tuvo que hacer Pablo Iglesias para lograr el ansiado poder fue ceder en los ministerios. Los quería de mayor responsabilidad, pero terminó por ceder. Y ministros socialistas como Ábalos, Calviño, María Jesús Montero o Pedro Duque se mantuvieron, algo que en el pasado había criticado el líder de la formación morada.

    LA FUSIÓN BBVA-CAIXABANK, OTRA DISCUSIÓN MÁS ENTRE SÁNCHEZ Y PABLO IGLESIAS

    El último golpe de efecto que Sánchez ha promovido a espaldas de Pablo Iglesias es la fusión entre BBVA y CaixaBank. Unidas Podemos ha dejado claro que no ve con buenos ojos la operación y la ha tildado de “preocupante” por los riesgos que conlleva para la competencia del mercado, la estabilidad del sector financiero, el empleo en las entidades y la recuperación de ayudas.

    Mientras la versión del Gobierno es prudente y se limita a comentar que analizarán las condiciones del mercado para proteger el interés público de la participación de Bankia, desde Unidas Podemos rechazan una “reprivatización” de la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri. El propio Nacho Álvarez secretario de Economía y secretario de Estado de Derechos Sociales de Podemos ha comentado lo siguiente en su cuenta de Twitter: “No es una buena noticia”. El Estado invirtió 24.000 millones en sanear Bankia y, por tanto, “debe proteger a los contribuyentes que rescataron con sus impuestos la entidad”.

    Pablo Iglesias ha compartido este mensaje en sus redes sociales, por lo que su postura es más que evidente. De nuevo se ha producido un choque entre la parte socialista y la morada en el Gobierno. Y lo más probable es que, una vez más, a Pablo Iglesias le toque tragar como ha hecho hasta la fecha.