La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, tiene claro que la recuperación de su partido pasa por situar a la formación naranja en el centro del espectro político. Esto significa que su partido debe estar dispuesto a pactar tanto con el PSOE como con el PP, algo que al expresidente de Ciudadanos Albert Rivera no parecía gustarle. Sin embargo, los sondeos no auguran una gran recuperación al partido y hay quien cree que la formación está condenada a desaparecer. Y de ser así, ¿cuál sería el futuro de Arrimadas?
Ciudadanos se ha convertido en un partido residual que cuenta con tan solo diez diputados. Hay quien en el Congreso de los Diputados asegura que va a desaparecer con el tiempo y hay quien considera que mejorará sus resultados. Sin embargo, la apuesta más repetida entre los políticos que pasean por los pasillos es que Inés Arrimadas acabará por sumarse a las filas del PSOE por su buena sintonía con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, una vez Ciudadanos se hunda; ya sea porque se sumen a las filas socialistas o porque simplemente el partido se disuelva y deje a la catalana sin formación a la que representar. Entonces, en esa situación, las tornas cambiarían.
Es vox populi en el PSOE que Sánchez prefiere un Gobierno con Arrimadas antes que con Unidas Podemos. Las reivindicaciones de la formación naranja son más fáciles de asumir en Europa y Ciudadanos es un socio más cómodo para aguantar una legislatura sin exabruptos. El problema es que Rivera hundió el partido hasta los diez diputados y ahora la formación naranja no podría por sí sola ser relevante para garantizar un Ejecutivo sanchista.
El asunto es ver qué resultados obtendría Ciudadanos en unas nuevas elecciones generales y hacer cuentas. Una de las últimas encuestas de Celeste-Tel realizado a finales de julio para elDiario.es no augura nada bueno para la formación naranja. Según estos datos, Ciudadanos pasaría de los ínfimos diez diputados de los que dispone en el Congreso a tan solo siete. Y si es así, ERC, un partido independentista y de aspiración de voto regional, prácticamente duplicaría en escaños a la formación naranja.
El votante de Ciudadanos es heterogéneo, se puede ir a cualquier formación, algo que hace que el partido siempre esté en la cuerda floja. Pero lo cierto es que aunque algunas encuestas de Sigma-Dos y GAD3 auguraban una leve mejoría, no parece ser el caso. El margen de error del partido es de unos pocos diputado de más o de menos, pero lo que está claro es que la formación está condenada a no ser suficiente por sí misma para, apoyándose en otro partido, formar un Gobierno de coalición estable.
Es por esto que ya hay quien se atreve a lanzar apuestas al aire sobre cuál será el futuro de Arrimadas. Y llama la atención que las voces coincidan con una afirmación que ya pesó sobre el exdirigente de Podemos Íñigo Errejón: que la líder de Ciudadanos acabará sin lugar a dudas formando parte del equipo socialista.
Para Sánchez no sería una decisión descabellada siempre que no le robe protagonismo, y si esos votos que ahora recibe Ciudadanos se fueran al PSOE, la diferencia no sería de unos siete o 10 diputados, sino de bastantes más debido a la ley electoral que los más pequeños califican siempre de injusta.
NEGOCIACIONES
Por el momento, Arrimadas se ha lanzado a negociar los mismos Presupuestos Generales del Estado directamente con Pedro Sánchez y todo parece indicar que siempre que Podemos no se convierta en un escollo, saldrán adelante unas cuentas con la aprobación tanto de la líder de Ciudadanos como del vicepresidente del Gobierno.
Los presupuestos no podrán ser agresivos ni tener unas cuentas que ataquen a las grandes fortunas sin piedad, pero por lo menos contarán con la complicidad de una política que ya tendió su mano a Sánchez cuando este buscaba fórmulas para prorrogar el estado de alarma durante la pandemia, algo que llevó al país a mantener medidas excepcionales hasta junio.