Cuando creíamos saberlo todo y haber visto todo tipo de mascarillas, descubrimos que esto no es así. El año 2020 lo recordaremos como el año que la pandemia de coronavirus cambió nuestras vidas para siempre, y con ello cambiaron hábitos y costumbres. El 2020 será el año en el que dejamos de besarnos y abrazarnos, y en el que incorporamos la mascarilla como un complemento de moda más.
Y suponemos que esto es lo que habrá pensado un misterioso cliente que ha querido tener su propia mascarilla personalizada. En realidad, esto no es nuevo. Conscientes de que tendremos que «lucir» mascarilla una buena temporada en la mayoría de países del mundo, muchos se afanan en elegir o «diseñar» la mascarilla ideal.
Muchas empresas y agrupaciones han «corporativizado» las mascarillas y las han repartido entre sus empleados con su logo. Esto es muy común por ejemplo entre los equipos de fútbol. Muchos clubes han incorporado la mascarilla como un elemento más de las equipaciones que lucen los futbolistas en las concentraciones previas a un partido.
Como decimos, muchas otras empresas hacen lo mismo, y lo curioso es que ya hay una industria muy potente que se sostiene gracias a la alta demanda y creciente de este peculiar «accesorio».
Tampoco nos sorprende, que un usuario, haya querido personalizar su mascarilla a su antojo y teniendo en cuenta sus gustos. La mayoría lo hacemos de una manera u otra. Lo sorprendente en este caso, es que una persona haya encargado una mascarilla en una joyería de Israel cuyo coste supera el millón y medio de dólares.
En concreto, la mascarilla está realizada con 250 gramos de oro de 18 quilates y 3.608 diamantes naturales. Ha sido diseñada por el propio joyero y su esposa. Ambos han afirmado que gracias a esta hoy continúan en su puesto de trabajo los más de 150 empleados de la casa joyera.
Lo cierto es que como decimos el negocio de las mascarillas está siendo más próspero que nunca. También el de las mascarillas de lujo. Por supuesto, las grandes marcas del sector también se han puesto manos a la obra a fabricar las suyas: Armani, Dior, Versace... son solo un ejemplo.
Sin embargo, ninguna había llegado a este nivel. Y lo cierto es que la mascarilla es muy bonita. Esperamos que además, evite que su dueño se contagie. Al fin y al cabo es de lo que se trata.