El director general de Salud Pública del Gobierno de Castilla-La Mancha, Juan Camacho, ha llamado a «redoblar el cuidado y las medidas de control a la sociedad castellanomanchega después de que en los últimos siete días las cifras de nuevos contagios por COVID-19 se hayan colocado en 4.115 con 35 fallecimientos, y con un escenario de 511 hospitalizados y medio centenar de pacientes en Unidad de Cuidados Intensivos.
En rueda de prensa, ha apuntado en todo caso que «lejos de triunfalismos e imágenes soberbias», estamos en una «lucha continua contra el virus», que «sigue dando guerra».
Esa cifra de contagios señala que «hay que redoblar el cuidado» y que las medidas de control «son imprescindibles». Por el lado bueno, resalta la buena «capacidad de diagnóstico y rastreo» de la región.
Con estos datos, «si bien sobra cada uno de esos casos y cada uno de esos fallecidos», la tendencia en la evolución de la pandemia «dista mucho de lo que ocurrió en el mes de marzo», lo cual tiene que ver con varias cuestiones, «algunas de fondo y otras que tienen que ver con las decisiones tomadas a todos los niveles».
Estos guarismos, «más el conocimiento de la situación, ya señalan que cuando sucede algo, si no se trabaja para cambiarlo, la tendencia será un aumento progresivo».
Dicho esto, Camacho ha afirmado que las medidas tienen que ir tendentes a «frenar» la expansión del virus. «Cuando implantamos estas medidas, que son siempre duras, lo hacemos basados en criterios epidemiológicos que nos dicen que pueden ser beneficiosas e intentado ser lo más quirúrgicos posibles tanto en el ámbito geográfico como en la intensidad de las medidas aplicadas».
«Es un momento muy importante, y lo que hagamos o no va a salvar vidas, a modificar la manera de trabajar en los hospitales para evitar el colapso y a torcer el brazo al virus», ha apuntado, añadiendo que «de nada vale analizar los datos, implementar medidas o negociar su puesta en funcionamiento si luego no se llevan a cabo».
Ha reconocido que hay «muchas dificultades para que algunas personas cumplan la cuarentena», por lo que ha recordado que «más allá de esta cuestión, cada vez que alguien se salta un aislamiento puede poner en riesgo la salud de toda la sociedad».
Según ha dicho Camacho, se ha procedido a la incorporación de 132 rastreadores más distribuidos entre todas las gerencias de salud tras procesos de formación que ayudarán a que este nuevo personal «pueda realizar su trabajo de la mejor manera posible». A esto ha sumado la «agradable sorpresa» de que más de 1.500 profesionales de todos los ámbitos «se han incorporado a este programa formativo».
Entre esta semana y la que viene se incorporarán otros 25 profesionales, lo que hace que se dupliquen los efectivos disponibles al principio de la pandemia.
Preguntado por la situación en Madrid, ha reconocido que preocupa «enormemente», por lo que ha avanzado que se está constituyendo un grupo con la comunidad vecina y Castilla y León para homogeneizar las medidas «de la mejor manera posible» atendiendo al carácter fronterizo de estas tres regiones. «Cuando Madrid se constipa, a los demás nos entra fiebre», ha agregado.
También ha descartado más confinamientos al estilo de Bolaños de Calatrava a tenor de los datos actuales. «Las medidas adoptadas en municipios están logrando aplanar el número de contagios y en casos torcer la curva hacia abajo», ha celebrado.