Por qué deberías atar a tu pareja a la cama

En tema de sexo, cada pareja es un mundo. Por eso, cualquiera de las prácticas que desees poner en marcha están bien, siempre y cuando ambos estéis de acuerdo en llevarlas a cabo. Una de las fantasías sexuales más recurrentes, sobre todo en mujeres, es la de que la otra persona las ate a la cama para hacer el amor. Puede ser un momento muy excitante que cuenta con beneficios, aunque también se deben tomar precauciones.

Seguro que alguna vez has pensado en llevar a la práctica esto que en tu cabeza suena tan bien. Para muchas personas, es muy excitante el hecho de que la otra persona las domine en la cama, por lo que, si lo hablas con tu pareja, seguro que llegaréis a un punto en común en el que ambos os sintáis cómodos para hacerlo.

Si sientes curiosidad por esto, descubre por qué deberías atar a tu pareja a la cama.

Atar a la pareja, una de las fantasías más recurrentes

atar pareja

Si eres mujer y alguna que otra vez se te ha pasado por la mente el hecho de que te resulta excitante que tu pareja te ate a la cama, no dudes que es algo muy común. A pesar de que no es algo que se vaya contando por ahí, lo cierto es que está demostrado que es una de las fantasías sexuales más recurrentes. Y, además, también de las más sencillas de llevar a la práctica.

Para poder hacerlo con seguridad, lo mejor es ser sincera o sincero y hablarlo con la otra persona de forma abierta y sin tapujos. Cuando somos atados mientras practicamos sexo, perdemos por completo la responsabilidad y también se ve como una forma diferente de liberarse en la cama.

A pesar de que es algo más común de lo que pensamos, parece que hablar sobre el tema sigue siendo algo tabú. Muchas personas creen que tienen algún problema psicológico por pensar en ello, sin plantearse que existe una gran variedad de escenarios sexuales.

Una buena forma de perder el control

perder control

En el momento en que nos abrimos a pensar en cosas diferentes, también podemos llevarlo a cabo durante el sexo. Debemos saber que, todo lo que se practique en la cama, es lícito. Siempre y cuando cuente con el beneplácito de quienes participen en el acto, todo es posible.

Por eso, desprendernos de ciertos tabúes y prejuicios puede ser muy beneficioso, también para nuestra salud sexual. Las personas arriesgadas, decididas y que toman el control a la hora de proponer nuevas prácticas, disfrutan mucho más del sexo.

Cuando somos atados teniendo relaciones sexuales, perdemos por completo el control. Y esa es otra forma de abrirnos a nuevas sensaciones. La forma de atar representa esa dominación en la que, en el fondo, no podemos dejar de pensar.

Atar a la pareja, una práctica de respeto

pareja respeto

De acuerdo con lo que dicen varios autores sobre el tema, ser atadas es la fantasía más recurrente en las mujeres debido a que estas suelen desear que el hombre las pueda dominar. Se trata de un instinto que tenemos desde hace mucho tiempo: la atracción hacia la fuerza masculina.

Sin embargo, a pesar de que puedas pensar en esta fantasía, esto no quiere decir que deba haber una superioridad por una parte de la pareja. Se trata de todo lo contrario. Es decir, de respeto y equidad, pues los dos queréis lo mismo.

Cuando las dos personas están dispuestas a ponerlo en práctica, se reforzará también la comunicación en la pareja. Esto aumenta también la confianza entre las dos partes. La relación saldrá reforzada.

Cómo poner en marcha esta práctica

como hacerlo

Para llevar a cabo esta práctica, lo primero es pedirle a la pareja que deseamos que nos sujete durante el sexo. Por ejemplo, por las muñecas. Lo terminarás convenciendo si le dices que quieres sentir la fuerza y vivir experiencias diferentes.

Si lo termináis poniendo en práctica, será un buen momento para hacer un intercambio de impresiones. Puedes decirle qué te ha gustado más y por qué. Así, os conoceréis mucho más en el plano íntimo, en el que nunca deberíamos dejar de innovar.

Además, mientras lo estamos llevando a cabo, podemos mezclar otras fantasías. De este modo, terminaremos viviendo una experiencia única y una noche de pasión como ninguna otra.

Toma precauciones a la hora de hacerlo

palabra clave

Aunque es una práctica inofensiva y que podemos hacer de forma segura, mejor tomar precauciones a la hora de ponerla en marcha. Para ello, podemos establecer con nuestra pareja una palabra clave.

Esto es bueno hacerlo antes de empezar el juego. Se trata de establecer una contraseña para que, cuando la digas, signifique que deseas dejarlo y no llegar a más. No caigas en expresiones demasiado obvias, como «no más», o «no». Es mejor elegir una palabra diferente.

Así, podrás indicar exactamente el punto en el que deseas parar. De esta manera, la otra persona sabrá cuándo debe parar y cuándo te estás empezando a sentir incómodo o incómoda.

Háblalo sin tapujos

hablar pareja

Ahora que ya sabes que es una fantasía de lo más habitual, es bueno que te animes a hablarlo de forma abierta con tu pareja. Además, así ambos podréis disfrutar y estrechar mucho más los lazos en el dormitorio. Eso sí, debemos saber elegir el mejor momento para proponérselo a la otra persona.

Para saber cuál es el mejor momento, puede ser durante el sexo o antes de empezar el juego. En este momento, es cuando más propensos somos a hablar sobre el tema, por lo que puede ser una buena oportunidad para que ambos podáis intercambiar impresiones e ideas sobre lo que deseáis o no hacer.

A veces, además, al estar excitados, fantaseamos con ciertas prácticas, como ser atados que, más tarde, nos pueden incluso avergonzar. Es el momento de dejar de lado esa vergüenza y animarnos a descubrir umbrales de satisfacción más profundos. Seguro que, una vez lleguéis a un punto en común, los dos disfrutaréis de la sesión más que nunca, reforzando la relación.