El informe científico que hizo creer que una mujer podía quedarse embarazada sin sexo

Muchas son las cosas que sorprender con respecto a los avances científicos. Aunque estos, a veces, pueden no ser del todo acertados. Esto ocurrió con un hecho de la naturaleza que jugó con la ciencia: hubo un tiempo en el que se creyó que las mujeres podían quedarse embarazadas sin haber tenido sexo de forma previa. Aunque tal vez, por supuesto, esto fuera más sencillo que como en realidad es.

El informe en cuestión es de New Scientist y en él se aclaraba que los nacimientos de madres vírgenes son bastante comunes en la naturaleza. La razón es que las hembras de muchos animales complejos, como los tiburones o los lagartos, tienen la capacidad de llegar a reproducirse sin la necesidad de contar con un macho. Esto es conocido como partenogénesis. Y también sucede en otras especies.

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¿Pueden las mujeres quedarse embarazadas sin sexo?

embarazo sin sexo

Después de conocer qué sucede con las hembras de otros animales, muchos comenzaron a preguntarse si, en el caso de las mujeres, sería posible quedarse embarazadas sin sexo. Cuando deseamos reproducirnos, lo mínimo que necesitamos es esperma. Sin embargo, no hay razón alguna para que dicho esperma deba venir de un hombre. Es decir, del macho.

Hace ya muchos años, unos investigadores de Japón fueron capaces de crear una rata con dos madres que no tenía padre. Su nombre era Kaguya, por la mítica princesa de la Luna nacida de una caña de bambú. Esta fue concebida en un laboratorio después de mezclar el material genético de solo dos hembras.

Gracias a un poco de ayuda, las células madre que aparecen en el donante femenino podrían transformarse en espermatozoides. En condiciones normales, eso sí, esto nunca sucedería. Es decir, sí podríamos gestar a un niño con dos madres, siempre que ambas aportaran la mitad del material genético.

Un embarazo en solitario

embarazon tiburon

A pesar de no tener que necesitar esperma propiamente dicho, aún así la mujer que se quisiera quedar embarazada sin practicar sexo siempre necesitaría de una segunda persona. Aunque, ¿siempre debe ser así? Cuando hablamos de la naturaleza, son muchas las hembras que recurren a la partenogénesis, siempre y cuando sea estrictamente necesario. Es decir, cuando se encuentran aisladas de los machos.

Por poner un ejemplo, si varias hembras de una especie acaban confinadas en una isla desierta, podrían dar a luz machos para poder recrear una nueva colonia. Asimismo, encontramos esta posibilidad en animales como los tiburones. Esto quedó puesto de manifiesto después de que varias hembras consiguieran quedarse embarazadas estando solas, aisladas de machos, y encerradas en sus acuarios.

A pesar de que lo vemos en varios ejemplos de la naturaleza, lo de quedarse embarazadas sin sexo es algo complicado para las hembras. En otras palabras, casi todos los animales grandes prefieren no reproducirse de forma asexual, ya que se pierde el interés evolutivo. Es decir, terminan perdiendo la diversidad genética, cosa que ayuda a que la población se pueda mantener saludable.

¿Es posible crear un niño sin sexo?

progmatismo sexo

Si hablamos sobre la teoría, parece que sí es posible producir un niño en un laboratorio sin sexo. Haría falta el material genético de una sola mujer. Eso sí, habría que realizar un embotellamiento genético y, como existiría una diversidad genética bastante limitada, esto aumentaría de forma alarmante el riesgo de sufrir defectos congénitos, así como demás enfermedades relacionadas.

Podemos ver un ejemplo en las familias reales de Europa. En otros tiempos, casi todas se encontraban emparentadas entre sí. Una de las enfermedades, o deformidades, que más común era el progmatismo. Esta causa que la mandíbula inferior termine sobresaliendo. Era tan conocido que se le llamaba «labio de Habsburgo».

Por ejemplo, el príncipe Carlos II de España tenía tal deformidad que apenas podía comer. En la población normal, este tipo de defectos desaparecería con el tiempo. Sin embargo, en un mundo tan estrecho como el de la realeza, no hacía más que aumentar y seguir apareciendo.

Reducción de la diversidad genética

diversidad genetica

Como hemos visto, la endogamia reduce la diversidad genética de la población. La autofertilización o la creación de hijos sin sexo, podría reducir la diversidad genética en los hijos. Por eso, puede que sí sea posible tener un niño por cuenta de una sola mujer. Sin embargo, este contará con la mitad de la diversidad genética de la que podría contar otro niño con dos progenitores.

Más tarde, cada nueva generación de este tipo de padres continuaría con la tendencia, lo que aumentaría el riesgo de que aparezcan más defectos genéticos subyacentes. La descendencia, por tanto, podría acabar sufriendo un colapso de dicha diversidad mayor al visto en cualquiera de las familias reales mencionadas.

Por eso, aunque fuera posible, no se trata de un buen camino a seguir. De hecho, si se hiciera, tan solo sería recomendable por una o dos generaciones. En el caso de que una mujer quisiera descartar el sexo para reproducirse, es prudente guardar parte de su material genético. Algo así como una copia del mismo.

El mejor consejo reproductivo: no renunciar al sexo

no renunciar sexo

Es decir, si la mujer quisiera poner en práctica esto, habría que hacer algo así como una copia para que sus descendientes la pudieran usar para reemplazar esa pérdida de diversidad genética en las generaciones futuras. Todo esto se traduciría en la creación de un árbol genealógico muy confuso, y, al menos de momento, completamente fuera de lo común.

Eso sí, a pesar de que a priori nos pueda parecer un buen truco, este tan solo estaría retrasando algo que, en algún momento, volvería a darse. Por eso, no es bueno tener en la cabeza la idea de poder reproducirse uno mismo sin necesidad de practicar sexo ni necesitar el esperma masculino.

En esta ocasión, lo mejor es optar por tener un hijo con un hombre, para completar la diversidad genética que necesitamos. No es algo pasado de moda, es algo que, desde el punto de vista de la reproducción, está marcado para ser así generación tras generación.