Cáritas, Cruz Roja y la Coordinadora Valenciana de ONGD han advertido este lunes de que la pobreza es «uno de los principales factores de riego» para contagiarse del coronavirus y que las consecuencias económicas y sociales de la pandemia tampoco son iguales para todos, sino que se ceban entre los «más vulnerables»: cuatro de cada diez familias tendrán que dejar sus casos, y el paro aumentará en 20 puntos entre estos colectivos.
Así, lo han puesto de manifiesto este lunes los presidentes de Cáritas España, Manuel Bretón Romero, y de Cruz Roja Española, Javier Senent, y la presidenta de la Coordinadora Valenciana de ONGD, Lourdes Mirón, en el encuentro titulado ‘Las ONG; esenciales en la emergencia de la COVID-19 impulsado por À Punt con el apoyo de Fundación Bancaixa.
Al respecto, el presidente de Cáritas España, Manuel Bretón, ha constado que las encuestas que han realizado para evaluar las consecuencias de la pandemia demuestran que el virus «a quien más ha afectado es a los que estaban ya en peores condiciones» y no habían podido salir todavía de la crisis económica de 2009.
Así, 4 de cada 10 familias a las que ya acompaña Cáritas se verán obligados a dejar sus casas, tres de cada diez sufren la brecha digital y carecen de los medios tecnológicos suficientes para poder teletrabajar o recibir las clases online.
Por ello, ha destacado que durante la pandemia han reforzado su actuación en todos los ámbitos que han logrado atender gracias a que se ha reforzado el voluntariado en más de 80.000. Al respecto, ha explicado el reto que han tenido es «integrar» a los jóvenes en su voluntariado, ya que mayoritariamente estaba constituido por personas mayores que se han tenido que confinar.
Del mismo modo, ha resaltado que están haciendo un «esfuerzo sobrehumano» para conseguir la inserción laboral de los más vulnerables gracias a la participación de las más de 70 empresas en España con las que colaboran porque calculan que si el paro aumentará entre 2,5 a 3 puntos, en las personas a las que acompañan Cáritas aumenta en 20 puntos. «Si la crisis nos ha tocado a todos a los más no hay nada, va a haber que hacer un esfuerzo sobrehumano para poder salir», ha señalado.
En ese sentido, la presidenta de la Coordinadora Valenciana de ONGD, Lourdes Mirón, ha lamentado que solo se habla como factores de riesgo la obesidad o la diabetes pero «la pobreza es un factor de riesgo» porque el virus «no afecta a todos por igual». Así, ha citado como ejemplos las personas con trabajos precarios, las mujeres que deben ejercer la prostitución o los inmigrantes que muchas veces trabajan en condiciones casi de «esclavitud» y sin las medidas de protección adecuadas están mucho más expuestos.
Mirón ha advertido de que los resultados de la pandemia, según datos de la ONU, serán devastadores para 25 países, la tasa de pobreza aumentará un 8,8%, y América Latina vivirá un retroceso de 15 años.
Asimismo, ha advertido de que además con «la excusa del confinamiento» hay países que están limitando los derechos a los activistas que luchan por defenderlos como en Salvador, Venezuela o Paraguay.
CENTROS ABIERTOS
Por su parte, el presidente de Cruz Roja Española, Javier Senent, ha recalcado que la prioridad de la organización en esta pandemia ha sido mantener abiertos sus 1.400 puntos de atención y más en un momento en que la Administración cerró muchos de sus centros sociales.
Así, ha señalado que durante el confinamiento monitorizaban por la mañana, tarde y noche a 15.000 víctimas de violencia de género para saber cómo estaban, y llamaron a las personas mayores que viven solas para preguntarles sus necesidades y llevarles comida o alimento con medidas de protección para los voluntarios. También ofrecieron a los hospitales los respiradores de sus ambulancias, trabajaron con más de 80.000 niños y repartieron más de 12.00 tabletas para que los escolares pudieran seguir sus clases.
Con todo, ha coincidido en que «nadie saldrá de la vulnerabilidad sin empleo y ya están diseñando hasta diciembre planes para encontrar trabajo a las poblaciones más vulnerables. Así, ha destacado que hay que atender las necesidades básicas de la población, pero también poner en marcha la economía y encontrarles un empleo y ya han evaluado la captación de hasta 70 millones para hacerles frente.
Al respecto, ha recalcado que «no puede ser solo asistencialista, sino que se debe trabajar para conseguir que esas personas salgan de la vulnerabilidad y comiencen a vivir de sus propios recursos lo antes posible, por su propia dignidad y porque es bueno para la sociedad y el país».
Por ello, ha defendido «poner en primer línea los problemas» y «no dejarnos llevar por pesimismo ni por falsas noticias es un momento complicado» y al respecto ha garantizado: «llevará un tiempo resolverlo pero estamos convencidos de que se puede resolver».
