La consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, ha reclamado no sólo criterios comunes para todo el territorio español sino también umbrales que permitan ver la situación de cada territorio, en función de las características de su población, y poder determinar qué medidas y restricciones corresponden de igual manera.
La consejera, en una rueda de prensa para dar a conocer la situación de la pandemia en la Comunidad, ha recordado que ya en la desescalada Castilla y León solicitó «criterios y estándares» pero «sobre todo» umbrales para que todos, de manera homogénea, pudieran determinar en qué fases se encontraba cada territorio.
Aunque el Ministerio estableció en julio estos indicadores, ha aclarado, los mismos «no están ligados a determinar en qué fase esta una comunidad o no y qué actividades se restringen», por lo que ha reclamado evitar una «polarización y politización del debate».
Por ello, ha abogado por criterios técnicos, epidemiológicos y sanitarios y contar con los profesionales, por lo que ha pedido que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) establezca unos «mínimos comunes denominadores», que después cada comunidad tendrá que ajustar a aspectos como su densidad de población.
«Pero es importantísimo para la toma de decisiones tener indicadores y herramientas que permitan, en esta situación de posible reescalada, como se están haciendo, confinamientos y limitaciones, pero que se sostengan sobre criterios objetivos», ha explicado la consejera, por lo que ha apelado al «importantísimo papel» del CISNS y los criterios científicos y técnicos.
A su juicio, la única manera de afrontar la situación es coordinando todas las actuaciones con expertos y basándose en las recomendaciones del gran número de sociedades científicas que hay, que piden tener en cuenta las evidencias científicas.
ASESORAMIENTO
Por eso, ha señalado que hace dos semanas se llevó a cabo una reunión entre el Gobierno autonómico y los expertos de las diferentes sociedades para valorar qué hacer y cómo actuar, para lo que este mismo martes se ha convocado otra reunión con el objetivo de analizar criterios, niveles y acciones a tomar para matizar la propuesta de Castilla y León en torno a esta cuestión.
La consejera ha recordado que los criterios son los que se han utilizado siempre, epidemiológicos, los de incidencia de la última semana y 14 días, los casos nuevos, la ocupación hospitalaria o el índice de reproducción, pero ha insistido en que quieren avanzar en los «umbrales», es decir, a partir de qué momento preocupa la situación y hay que hablar con los alcaldes y sacar bandos o en qué momento empezar a establecer otro tipo de medidas más restrictivas.
En línea con esto y con la necesidad de contar con los profesionales, la consejera ha reiterado la necesidad de contar con quienes más saben en las diferentes especialidades y al coordinador de las UCI, Jesús Blanco Varela, ahora se suman los doctores Carlos Dueñas, especialista en medicina interna y responsable de COVID en el Clínico de Valladolid, y Graciliano Estrada, especialista en neumología en el Hospital de Segovia, ambos responsables de las sociedades científicas de estas especialidades y que serán coordinadores autonómicos.
El papel que desempeñarán en los próximos días, que ya se han iniciado, es servir de interlocutores con la Consejería y la Gerencia, pero establecer una colaboración entre ambas áreas, que tienen una tarea fundamental en el tratamiento de pacientes con COVID, para establecer un decálogo de «buenas prácticas clínicas» que aglutine unos conocimientos que se suceden de manera muy rápida con intención de llegar a un «consenso de mínimos» para hacer todos lo mejor para la asistencia a los pacientes.
Así lo ha explicado Dueñas, quien ha incidido en que los especialistas en medicina interna, a pesar de que ésta es «bastante desconocida», son responsables de casi el 25 por ciento de las altas hospitalarias, algo que ya ocurrió con el VIH o la colza, de manera que se han convertido en un «pilar» en la asistencia a pacientes COVID y, junto a neumología, lideran los equipos que les atienden, ya que han servido de medio de comunicación y «engranaje» con otras especialidades.
Dueñas, quien ha advertido que la situación «no es buena» y espera colaboración entre ciudadanos y profesionales porque de lo contrario no se «durará mucho» a este ritmo y con la falta de profesionales, ha apuntado que han aprendido muchas cosas durante la pandemia, pero ha destacado la profesionalidad del personal, el lograr por fin trabajar de forma multidisciplinar, con todos los especialistas «arrimando el hombro», la flexibilidad del sistema, que se ha adaptado muy deprisa, y lo que se ha aprendido del tratamiento, sobre todo qué no se debe utilizar.
VENTILACIÓN
Por su parte, Estrada ha incidido en la importancia de la neumología en estos pacientes y el desarrollo de las terapias ventilatorias en los últimos años, algo que se refleja en el hecho de que un médico en formación en neumología dedique el 20 por ciento de su tiempo a tratamiento de terapias de este tipo, que ha resultado «fundamentales» en el tratamiento de la enfermedad.
En este sentido, ha apuntado la importancia de la coordinación con unas terapias que no se pueden hacer de manera individual, sino con la integración de equipos que han liderado el tratamiento.
Graciliano Estrada ha añadido que es evidente que peso del tratamiento o de la hospitalización están en medicina interna y neumología, por ello cree que hay que intentar unificar criterios para una asistencia homogénea, algo que se hace de manera habitual, pero que requiere ahora un «esfuerzo extra» por la complejidad de la enfermedad.
Por otro lado, ha destacado la importancia de las unidades de cuidados intermedios respiratorios para una vigilancia intermedia de los pacientes, antes o después de pasar por la UCI, algo fundamental.
Asimismo, ha puesto de manifiesto la necesidad de incluir pacientes en investigaciones y ensayos clínicos, ya que cuando bajó la curva de la pandemia tuvieron problemas para «reclutar», pero ahora cree que hay que intentarlo, sobre todo en los grandes centros, para dar en el futuro el tratamiento «más óptimo». Junto a ello, ha señalado la importancia de la educación en salud y, una vez llegado el otoño, ha animado a los ciudadanos a vacunarse contra la gripe, el neumococo y, si hay indicación, contra el herpes, algo para lo que cree fundamental la responsabilidad individual de los ciudadanos.
También a esa responsabilidad ha apelado Verónica Casado, que ha recordado que se sigue en una situación de emergencia sanitaria, que no hay que reducir las medidas de prevención y protección y tener mucho cuidado, incluso con convivientes, ya que el 70 por ciento de los brotes tienen origen en el ámbito familiar o mixto. «El cariño y la amistad no protegen», ha agregado.