El Papa ha completado el organigrama de la comisión de control que deberá regular la transparencia y unificar los métodos de aprovisionamiento y centralizar las compras en los procesos de adjudicaciones públicas del Vaticano.
Según ha informado la oficina de prensa de la Santa Sede, el Papa ha puesto al frente de este organismo (que deberá robustecer los controles, sobre todo, a la vista de las últimas irregularidades que han salpicado las finanzas del Vaticano) al cardenal irlandés- norteamericano, Kevin Farrell, prefecto de Laicos, Familia y Vida y actual camarlengo.
Además ha nombrado a otros funcionarios de la comisión como al secretario del «Governatorato» del Estado Ciudad del Vaticano, monseñor Fernando Vérgez Alzaga; al presidente de APSA, que gestiona el patrimonio del Vaticano, monseñor Nunzio Galantino; y el sacerdote español actual Prefecto de la Secretaria económica, Antonio Guerrero.
La nueva regulación hace suyos los principios de la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción de 2003 e impide así la participación en los concursos públicos del Vaticano a las empresas condenadas por fraude o corrupción a aquellas que tengan sede en paraísos fiscales o evadan impuestos y también a las que no respeten el medio ambiente.
A partir de ahora habrá un registro único de empresas autorizadas a presentarse y otro registro único con los empleados del Vaticano habilitados para actuar como expertos o adjudicadores. En cada concurso de obras y suministros se excluirán los parientes hasta el cuarto grado de las empresas que compiten, así como los socios o afines hasta el segundo grado.
Estos nombramientos coinciden con varios escándalos financieros en el Vaticano como por ejemplo el caso de la compra opaca de un edificio de lujo en Londres que ha salpicado y forzado la dimisión del exprefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Cardenal Giovanni Angelo Becciu.