Yolanda Díaz ve en los planes de jubilación del PSOE una zancadilla a los jóvenes

Un nuevo choque hace vibrar los cimientos del Gobierno, a causa de las discrepancias de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sobre el retraso de la edad de jubilación que quiere llevar a cabo el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones José Luis Escrivá. Mientras que el segundo pretende cubrir los agujeros en la caja de la Seguridad Social con los ahorros que conlleva cada año de retraso en la jubilación, la primera sostiene que esto perjudica la entrada al mercado laboral del sector más joven de la población.

Entrevistada en TVE la pasada semana, Yolanda Díaz explicaba: «El reto de nuestro país es incorporar a los jóvenes al mercado de trabajo. Propiciar que alarguemos y además incentivemos la edad de jubilación más allá de la edad legal entorpece la posibilidad de incorporar jóvenes«, lamentó.

A Escrivá, por su parte, hay que entenderle. El ministro está preocupado por la «avalancha» de jubilaciones que espera para 2025, cuando se retiren los baby boomers del mercado laboral. Así, la idea de Escrivá es incentivar el retraso voluntario de la jubilación, de forma que alivie el incremento del déficit en la hucha de la Seguridad Social. «En lo que estamos trabajando es, en el medio plazo, en dar incentivos a las personas que quieran trabajar más allá de la edad legal de jubilación», detalló Escrivá el 14 de septiembre. Beneficios que animen «a las personas a trabajar más años en la medida en que su salud y sus preferencias lo permitan«.

«La urgencia, la prioridad y el reto ahora mismo es la incorporación de los jóvenes»

Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social.

«Por cada año que retrasemos esa edad, resolvemos un 25% del problema del déficit de las pensiones», argumentaba el ministro el pasado marzo.

El plan supone todo un roce entre PSOE y los de Podemos, ya que mientras Escrivá quiere conseguir que se siga trabajando voluntariamente hasta los 67 años (tras pasar la edad legal de 65 años y 8 meses), los de Iglesias proponen volver a fijar la edad en 65 años y facilitar jubilaciones anticipadas a partir de los 61. Escrivá, por el contrario, quiere hacer una revisión para, incluso, penalizar las anticipadas.

DÍAZ NO ESTÁ DE ACUERDO

«Tendremos una caída clara de la población en edad de trabajar, eso es indiscutible», alega preocupado. El ministro critica que en España solo se incentive con un 2% o 3% el seguir trabajando aun tras haber pasado la edad de jubilación. Pone los ojos en Europa, donde esto se premia con un 6% o 7% de media.

Pero la ministra de Trabajo no lo ve tan claro. «Ya me gustaría a mi tener el modelo europeo«, explica Díaz, preguntada por si un retraso en la edad de jubilación aproximaría a España al estilo Europeo. «Me consta que los pensionistas tienen enormes dificultades para pagar la luz y sus servicios básicos. Estamos a años luz de los modelos europeos y creo que la urgencia, la prioridad y el reto ahora mismo es la incorporación de los jóvenes», reivindica la ministra.

UN MAL SISTEMA

José Luis Escrivá se aquejó además de que el sistema de jubilaciones anticipadas «voluntarias» en España no está bien diseñado, ya que los que suelen retrasar su retiro son trabajadores con rentas altas, y a ellos solo se les penaliza un 2% por cada año que se pospone. Paralelamente, a los que tienen salarios más bajos o bases reguladoras inferiores se les penaliza un 8%. «Las personas a las que estamos incentivando no son las que lo necesitan, son personas con mucho patrimonio», alerta.

«Es un modelo regresivo y como corresponde a un Gobierno progresista, queremos corregir eso, ¿verdad?», llegó a decir.