El perfil socialdemócrata de Pablo Iglesias levanta ampollas en IU

  • El vicepresidente segundo se ha convertido en un amante del 'keynesianismo'
  • Atrás quedan los tiempos en los que su favorito era Karl Marx
  • Partidarios de Alberto Garzón no comulgan con sus tesis
  • Pablo Iglesias es consciente de que el marxismo provoca ciertos recelos incluso en la ciudadanía progresista y es por ello que quiere modular su perfil político y económico mediante citas recurrentes a Keynes.

    El Ingreso Mínimo Vital, convertido por Podemos en su hito a pesar de las dificultades que los ciudadanos se encuentran para conseguirlo, es una medida «neokeynesiana» según aseguró el líder de la formación morada.

    La deriva de Iglesias, que ha aparcado sus citas a Karl Marx, está levantando ampollas entre los partidarios de Alberto Garzón. Y es que el líder de Izquierda Unida pretendía que el vicepresidente segundo del Gobierno pudiera garantizar cierta ‘vena roja’ en las políticas económicas gubernamentales.

    EL ‘KEYNESIANISMO’ DE IGLESIAS

    Pablo Iglesias aseguró en una reciente entrevista concedida a la agencia Colpisa que «todos los demócratas europeos somos keynesianos». Mundiario le recuerda que el célebre economista británico decía que «un capitalismo dirigido con sensatez puede mejorar y alcanzar los fines económicos con mayor eficiencia que cualquier sistema alternativo a la vista, pero en muchos sentidos es en sí mismo extremadamente cuestionable».

    Keynes sostenía que «los principios del laissez faire han tenido como gran aliado a la escasa calidad de las propuestas alternativas: el proteccionismo por un lado y el socialismo marxista por otro. Las obvias deficiencias científicas de ambas escuelas contribuyeron enormemente al prestigio y a la autoridad del laissez faire decimonónico».

    Es decir, que el comunismo que siempre ha defendido Iglesias estaba equivocado según aseguró hace un siglo el nuevo ídolo del vicepresidente segundo del Gobierno y líder de una coalición neocomunista, Unidas Podemos.

    SE BARRUNTA MAREJADA

    Garzón e Iglesias además de divergir en el campo económico lo hacen sobre el futuro de IU. Y es que el ministro de Consumo pretende garantizar la supervivencia de la coalición y el segundo busca que ésta desaparezca para que Podemos y el PCE, ya sin IU, sean socios junto a los comunes dentro de Unidas Podemos.

    El PCE asegura que «la vigencia de la necesidad de superar la actual IU proponiendo la profundización de su carácter de movimiento político y social de modo que se pongan las bases que hagan posible una convergencia más amplia. Para ello, se propone un modelo que cuente con estructuras más flexibles, órganos más ágiles, más coordinación (y menos dirección) y mayor participación de las bases en la toma de decisiones, a través de un modelo de áreas o redes de elaboración y acción colectiva con sus asambleas correspondientes, de carácter social, abierto y flexible».

    El PCE, afirman, «mantiene la apuesta por un modelo de unidad popular que parta del actual espacio de Unidas Podemos, proponiendo su ampliación y trascendiéndolo hacia un proyecto de convergencia política más profundo. El documento recoge una batería de propuestas para esa organización y ampliación de UP destacando la necesidad de establecer asambleas abiertas, espacios de coordinación territorial y referencias y portavocías colegiadas, así como normas de funcionamiento democráticas y participativas».

    IGLESIAS SE ACERCA AL PCE

    «Nuestro objetivo de configurar un espacio político unitario como reflejo de la unidad popular solo será creíble si combina ser una fuerza plural, democrática y cohesionada con la puesta en marcha de soluciones para los problemas de la gente, dando certidumbres y seguridad a la clase trabajadora», añaden desde el PCE.

    «El PCE mantiene la apuesta por la unidad actual en torno al espacio de Unidas Podemos y propone su ampliación, trascendiéndolo de una mera alianza electoral a un proyecto de convergencia política donde quepan todos los actores que se reclamen de izquierdas y suscriban un programa de garantía de los derechos de los trabajadores frente a las políticas neoliberales», rematan.