El Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha defendido las acciones de mediación emprendidas por el Servicio de Acción Exterior de la UE y el envío de una misión diplomática a Caracas pese a las críticas de conservadores y liberales en el Parlamento Europeo que, según Borrell, buscan «atacar al Gobierno español».
«Esto más que un escándalo, son ganas de marear la perdiz. Esto solo tiene una explicación, se trata de atacar al Gobierno español por la presunta vinculación de Podemos con el régimen de Maduro», ha afirmado Borrell en una entrevista publicada por el diario colombiano ‘El Tiempo’.
El Partido Popular Europeo y los liberales de Renew han calificado la misión de «clandestina» y «diseñada para blanquear a (el presidente venezolano, Nicolás) Maduro».
En el Consejo de Ministros de Exteriores les dije a los ministros que íbamos a seguir en contacto con el Gobierno venezolano a todos los niveles, que íbamos a intentar negociar para llegar a un acuerdo para posponer las elecciones», ha explicado Borrell. «Si me pregunta si les dije que sí iba a mandar a dos personas, pues no porque no se llega a tal detalle», ha remachado.
Sin embargo, «el jefe de la misión mandó una carta a todos los directores políticos de los ministerios de Exteriores de todos los Estados miembros diciendo que por instrucción del Alto Representante volaban a Venezuela», ha indicado el jefe de la diplomacia de la UE.
En cuanto a la situación actual en Venezuela, la ha calificado de «insostenible». «La situación de asfixia económica, de agravamiento de la situación humanitaria. Si tuviera solución fácil, ya la habríamos encontrado. Por eso el intento por parte de la oposición de buscar unas condiciones que permitieran participar en unas elecciones, al menos al estilo bielorruso, no era mala idea», ha explicado.
De hecho, para Borrell, si las elecciones previstas para el 6 de diciembre se celebran tal como está previsto, «de una forma no consensuada con la oposición (…) vamos a estar peor». «Eso es lo que nosotros nos esforzamos en intentar evitar», ha argumentado.
Sobre el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente de Venezuela, Borrell ha reconocido que «no había obligación de hacerlo», pero «la mayoría de los países europeos, especialmente España y Francia, consideraron que era una buena idea para dar fuerza a la oposición».
Por último, sobre la posición de Colombia, Borrell ha reconocido que las relaciones entre Colombia y Venezuela «son odiosas, peores no pueden ser». «Es una mala relación que no ayuda mucho. Este tipo de problemas no se arreglan solamente a través de la confrontación dialéctica. Se arreglan a través de una relación que permita construir acuerdos, aunque sean parciales, pero que serán puntos de partida de otros de mayor alcance», ha reseñado.