Qué es el síndrome del ojo seco y cómo evitarlo

La pandemia no sólo ha cambiado nuestro modo de vida y la mayor prevención en todos los órdenes de la salud aparte del Covid. Y es que con la saturación de los centros de salud y de los hospitales más vale cuidarse para evitar acudir a un facultativo: primero porque seguramente no puedas; segundo, porque si puedes, hay que procurar no cargar más a los profesionales de trabajo, al estar desbordados debido a la pandemia.

El coronavirus ha traído nuevas dolencias o acrecentado otras que antes ya existían. Una de ellas es la del síndrome del ojo seco. Está causada por la mala lubricación e hidratación del ojo cuando no hay cantidad suficiente de lágrima o ésta no es de buena calidad. La sequedad ocular ocasiona molestias que afectan en el día a día como, por ejemplo, irritación, escozor, enrojecimiento, sensación de quemazón o no poder eliminar las pequeñas partículas o microrganismos que entran en el ojo y mantener una buena visión.

El ojo paga la mayor exposición

Con la pandemia y las restricciones que conlleva, junto con el aumento del teletrabajo, ha hecho que aumente muchísimo nuestra exposición a todo tipo de pantallas. Vemos más horas de televisión, consumimos más minutos de series y películas por ejemplo de plataformas de streaming, y sobre todo pasamos más tiempo delante del móvil, el ordenador o del portátil para teletrabajar o para cualquier otra actividad online.

Por ello, expertos de la Óptica & Audiología Universitaria de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) en Barcelona, alertaron recientemente del aumento del síndrome del ojo seco a causa de la pandemia por el excesivo uso de ordenadores y dispositivos electrónicos. Y es que son más de cinco millones de españoles –un 11% de la población- quienes padecen el síndrome del ojo seco. Es una de las principales causas de las consultas al oftalmólogo, pero tan solo un 45% de ellas han sido diagnosticadas y reciben un tratamiento adecuado.

Síndrome del ojo seco: 5 maneras de obtener alivio | Opeluce

Riesgo por edades

Este síndrome del ojo seco puede afectar a cualquier edad. Hay que tener en cuenta que la menor movilidad para los niños y la frecuencia de la tele educación, también ha hecho que aumenten las horas que pasan delante de una pantalla. Se aburren más, no pueden salir a jugar con amigos y lo que hay más a mano es una tablet o un smartphone.

Sin embargo, son los mayores de 50 años lo que sufren más esta dolencia. La directora técnica y de formación de Óptica & Audiología Universitaria, Alicia Escuer, es clara: “El síndrome del ojo seco suele afectar a personas mayores de 50 años, debido a la relación directa que guarda con los cambios hormonales. Estos cambios provocan que la calidad de la lágrima del ojo sea menor y menos constante”. Por ello también las mujeres con menopausia, de este rango de edad también, son más propensas a esta dolencia.

Las enfermedades sistémicas, como la diabetes o las que están relacionadas con la tiroides, y el consumo de algunos medicamentos, como antihistamínicos, antidepresivos o píldoras para el control de la natalidad, son otras de las causas comunes y que por tanto aumentan la predisposición de padecer este síndrome.

Cómo evitar o solucionar el síndrome del ojo seco

Alicia Escuer recomienda sobre todo el uso de lágrimas artificiales o gotas lubricantes para los ojos. También, de manera natural, hay que intentar forzar el parpadeo para lubricar mejor los ojos mientras estamos leyendo o frente a una pantalla.

La otra forma es el uso de filtros para las pantallas y el uso de gafas de sol con cristales homologados. También, de manera indirecta, ayuda a tener una buena ventilación, evitar humos, polución y no pasarse con el aire acondicionado o la calefacción. Por último, conviene descargarse o usar las aplicaciones para el móvil o el ordenador que cuando llegan las horas nocturnas adapta el brillo y la imagen para estresar y dañar menos al ojo.