El beso: la forma de volverle loco con tus labios

Quien diga que no ha dado un beso nunca, seguro que no está diciendo toda la verdad. Besar es nuestra forma más especial de demostrar afecto e incluso de comenzar una relación más apasionada que puede derivar en algo más íntimo. De hecho, hay personas que no conciben mantener relaciones sexuales sin que haya besos de por medio, pues los consideran como los grandes delatores del amor.

Desde los que damos en nuestra forma de saludarnos hasta los que le regalamos a nuestra pareja, besos hay de todo tipo y lo cierto es que todos tienen un significado especial. Por eso, no hay duda de que cuando sabemos dar un buen beso, habremos ganado muchos puntos a la hora de conquistar el corazón de la otra persona. Y es que las sensaciones que produce este elemento son complicadas de explicar. Se vuelven únicas.

Pero, ¿cómo es mejor hacerlo? Descubre el beso: la mejor forma de volverle loco con tus labios.

Sensaciones únicas contenidas en un beso

beso sensaciones

Decir que hay una única forma de besar sería estar cortando las alas de muchas personas. Y es que podemos atrevernos a decir que existen tantos tipos de besos como personas vivimos en el mundo. Sí es cierto que el momento de dar un beso se parece en casi todas las ocasiones. Sin embargo, no deja de ser algo completamente personalizado.

Sabiendo que cada persona da su toque a la forma de besar, existen diferentes tipos de besos. Hay personas que son más tímidas, otras más apasionadas, más románticas e incluso más sensuales. De hecho, según varios estudios, el número de veces en las que una persona se besa dice mucho del estado en el que se encuentra su relación.

En lo que sí podemos estar de acuerdo es en las sensaciones que aporta el hecho de besar. Cuando recibimos o damos un buen beso, sentimos algo único e irrepetible. Es como si algo vibrara en nuestro interior que nos hace tener los sentimientos a flor de piel. Los labios son una de nuestras zonas erógenas más potentes y también de las más fáciles de estimular. Nuestro cerebro segrega sustancias que funcionan como una droga, volviéndolos adictivos.

Centrarse en el momento

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Cuando buscamos dar un buen beso, lo primero que debemos hacer es olvidar todo lo demás. Es decir, nos tenemos que centrar en el momento, dejando llevar todo nuestro cuerpo en el proceso. No es un buen momento para pensar, solo para sentir. Y es que gracias a esas sensaciones lo convertimos en algo tan especial.

Por eso, una de las claves es no pensar en nada más que pueda interrumpir esa conexión que hemos creado con la otra persona. Cuando llegue ese momento, no debemos dejar que nuestra mente empiece a divagar y los pensamientos comiencen a invadirla.

Uno de los trucos para besar bien es hacer como si el reloj no estuviera en funcionamiento. Es una buena manera de parar el tiempo, sin olvidarnos de respirar, y de centrarnos tanto en nuestros sentimientos y sensaciones, así como en los de la otra persona. Y es que un beso siempre es cosa de dos.

Los labios antes de un beso, mejor húmedos

labios beso

Llegando a los datos más técnicos, a la hora de dar un beso que sea inolvidable, no debemos desprestigiar ni dejar de lado esos detalles que conseguirán marcar la diferencia. Uno de ellos, sin duda, es cuidar que nuestros labios estén bien húmedos. Los labios secos no se moverán bien. Por eso, cuando nos los hemos humedecido, podrán moverse de forma suave y sensual.

Una cosa es dar un beso tímido y otra llegar a un punto más apasionado. Este tipo se conoce como beso francés y se diferencia porque es aquel en el que abrimos la boca. Este es propio de las parejas y se da, en muchas ocasiones, antes de que la cosa se vaya calentando antes de terminar en el dormitorio.

Para hacerlo bien, lo primero que tenemos que hacer es dejar las prisas a un lado. Es decir, no tenemos que abrir la boca e introducirnos en la de la otra persona de una manera demasiado brusca. El proceso debe comenzar de forma lenta, recreándonos en el momento, en la suavidad y en las sensaciones. Más tarde, cuando ambos estéis en ese punto, es el momento de llegar a la acción. Aquí no hay hueco para la vergüenza, pues estamos buscando la excitación.

Céntrate en el cuerpo de la otra persona

cuerpo

Aunque siempre nos centramos en dar besos en la boca, lo cierto es que pueden ser igual o más sensuales aquellos que damos en otras partes del cuerpo. Por eso, uno de los mejores consejos es que explores el cuerpo también de la otra persona.

Por ello, no solo tenemos que usar nuestros labios, sino también nuestras manos. Con ellas podemos masajear o acariciar las partes del cuerpo que deseemos de nuestra pareja mientras lo besamos. Esto hará que el grado de excitación vaya ascendiendo y, si te estás dejando llevar, es algo que saldrá solo, sin tener que forzarlo.

Una de las partes erógenas más importantes es el cuello, Es una buena idea acariciarlo en esta zona, agarrar su pelo o, si el momento es más romántico, entrelazar vuestras manos. Cuando complementamos ese beso con otro tipo de prácticas como caricias o masajes, no hay duda de que nuestra pareja enloquecerá en nuestros brazos. Las sensaciones serán inigualables.

No solo los labios, el beso puede ser en cualquier sitio

beso clavicula

Como decíamos, los labios no lo son todo. Para explorar el cuerpo de nuestra pareja, también podemos sorprenderlo con un beso en otra parte que no sea en la boca. Esto terminará de excitarlo y no olvidará nunca tu forma de besar.

Y es que cuando indagamos en otras partes del cuerpo esto puede resultar de lo más estimulante. De hecho, ahora podemos usar algunos juguetes, como los brillos de efecto frío y calor, para aumentar o doblar el número de sensaciones.

Algunas zonas susceptibles de recibir un buen beso pueden ser algunas erógenas, como el cuello o la oreja. Otras más sensuales, como la clavícula. Y, si ya hemos pasado por completo a la acción, no podemos dejar de lado partes como el ombligo o la parte interna de los muslos.