Un grupo numeroso de jóvenes ha apedreado en Melilla la pasada noche a las patrullas de la Policía Local y Policía Nacional, durante las horas de toque de queda, que acudieron al barrio de la Cañada de Hidum para cerrar dos kioscos abiertos en horas de confinamiento nocturno y disolver a las personas que se hallaban alrededor de los mismos, sin guardar la correspondiente distancia de seguridad e incumpliendo la restricción de circulación por la vía pública.
Según ha informado este sábado un portavoz de la Policía Local, los hechos ocurrieron en la calle Vía Láctea cruce con plaza de la Mezquita, cuando llegaron a la altura de dos quioscos de comida y chucherías, «abiertos fuera del horario establecido y en los que había una gran aglomeración de jóvenes».
La citada fuente ha destacado que «una vez personadas las patrullas en el lugar comprueban que efectivamente hay dos quioscos abiertos y junto a ellos una gran cantidad de jóvenes, que al percatarse de la presencia policial se dan a la huida».
Los agentes de la Policía Local, a su vez, observan cómo había una persona cocinando junto a un anafe, donde estaba preparando pinchitos, y en las inmediaciones se encontraban bandejas con carne y demás productos alimenticios.
Las patrullas policiales procedieron al decomiso de toda la mercancía que había sido abandonada en el lugar y comprobaron «ninguno de los dos quioscos poseían permiso de apertura, ni documentación, puesto que quienes estaba al frente de ellos también huyeron a la carrera». El portavoz policial ha detallado además que «se observa como ambos carrillos obtienen el fluido eléctrico (por medio de un enganche ilegal) del alumbrado público».
Durante el transcurso de la intervención «los actuantes sufrieron el lanzamiento de piedras, ladrillos y adoquines de gran tamaño, por parte de un numeroso grupo de jóvenes que se escondían en los callejones de las inmediaciones del lugar de los hechos, por lo que fue necesario el apoyo de otros indicativos del Policía Nacional, para poder agilizar las labores de la intervención de la mercancía que estaba siendo cargada en los vehículos policiales, la cual quedó depositada en las dependencias municipales».
Por último, han destacado que los quioscos fueron cerrados una vez finalizó la intervención y «no hubo que lamentar daños personales entre los agentes de policía actuantes».