El PIB ha crecido casi tanto como lo que cayó con el confinamiento de primavera. El dato que ha arrojado el tercer trimestre del año no se lo esperaba nadie, ni el propio Gobierno. El Producto Interior Bruto ha crecido en verano un 16,7% motivado por el consumo interno. Esto quiere decir que al levantar parcialmente las restricciones y permitir que la gente circulara libremente, la economía española ha levantado cabeza. Y todo esto en un contexto en el que el turismo ha caído este 2020 un 65% (hasta 54 millones menos de turistas). Los datos han inyectado optimismo en el Ejecutivo y ya se especula otra vez con la posibilidad de una recuperación en “V” una vez se anuncie una vacuna efectiva y se vuelva a la normalidad.
El Gobierno estima que los plazos serán más largos de los que los españoles querrían. El estado de alarma es una declaración de intenciones, y el hecho de que se haya prorrogado hasta el 9 de mayo de 2021 dice mucho sobre cuándo el Ejecutivo de Pedro Sánchez cree que la vacuna estará lista y suministrada a un alto porcentaje de la población. De ser así, el verano de 2021 podría ser uno de los más optimistas para España y el inicio de la recuperación. Y con suerte, al ser en “V”, no tardaremos en volver a niveles previos a 2020. Toda una buena noticia.
El problema, según los economistas, es el plan presupuestario del Gobierno. Los PGE que pretende aprobar el Gobierno prevén un sablazo fiscal importante (con la intención e recaudar 6.000 millones de euros más al año, de los cuales la mitad son para subir el sueldo a los funcionarios y las pensiones un 0,9%) y una inversión social sin precedentes que no tiene por qué repercutir positivamente en la recuperación económica. Aún así, por el momento, los ERTE han permitido la ilusión de que la crisis no ha sido tan grave como previsiblemente será y este verano los datos han sido mejores de lo esperado, concretamente un 34,5 puntos superior a la estimada.
Al mismo tiempo, los avances en la vacuna mantienen en vilo a medio planeta. La más avanzada es la que desarrollan conjuntamente Pfizer y BioNTech, aunque hay otras como la de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, la de Moderna o la de CanSino. Alemania ya prevé en que suministrará su vacuna este año, y las otras no se retrasarán mucho más, como tarde a principios de 2021. Y España ya echa cuentas y cuenta con la medicina, como tarde, antes de mayo.
El problema es que si la vacuna no funciona como se esperan, difícilmente se podrá aplicar esa recuperación en “V” tan esperada. Algunos agoreros pronostican que dado el modelo de negocio que sustenta España, de bares, restaurantes y turismo, no será tan fácil traer la recuperación esperada, pero en cualquier caso, los datos de verano han sorprendido a todos. Igual es que han pillado con ganas las vacaciones tras varios meses encerrados.
España de momento tiene un acceso a la vacuna errático. Sí que se ha incluido en quienes esperan la de Oxford y también esperan contar con un trato privilegiado con la que desarrolla Moderna, pero respecto a la primera que saldrá previsiblemente al mercado, aún no se sabe nada. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, llegó a anunciar que sus previsiones contemplan contar con la vacuna a principios de año, incluso en enero, pero todo está por ver en un volátil contexto.
El PIB cayó en primavera casi un 18%. Con la recuperación de verano sostenida en el tiempo, España podría salir del atolladero pronto, pero todo depende de que el país cuente con una vacuna eficiente en grandes dosis y que se suministre cuanto antes.