Empresarios de la ‘Operación Voloh’ sobre Torra: «Es una cabra loca»

Las conversaciones entre empresarios que recoge el sumario judicial de la ‘Operación Voloh’, en la que se investiga el supuesto desvío de fondos públicos para financiar el proceso independentista en Cataluña, dan buena cuenta de su desprecio hacia el entonces president, Quim Torra, al que el ex dirigente de CDC y presidente de Aigües de Catalunya, David Madí, llega a calificar de «cabra loca».

Madí es uno de los protagonistas de estas conversaciones telefónicas, cuya transcripción consta en un informe de la Guardia Civil enviado el pasado 22 de octubre al Juzgado de Instrucción Número 1 de Barcelona y que forma parte del sumario de la ‘Operación Voloh’.

La Guardia Civil presenta a Madí como «empresario, político y asesor ligado a CDC desde el año 1993» y uno de los más estrechos colaboradores del ex president Artur Mas, hasta el punto de que «se le considera uno de los ideólogos de la coalición Junts pel Sí y, actualmente, podría estar preparando un ‘think tank’ enfocado a una Cataluña post-procés».

En una charla telefónica mantenida el pasado 3 de septiembre, Madí y el presidente de la Fira de Barcelona, Pau Relat Vidal, comentan «el malestar existente en el mundo empresarial» con Torra y su Govern, especialmente a raíz de los cambios realizados ese mes. «Torra es una cabra loca y ahora va por libre», dice Madí. «Un subnormal directo, un ignorante y un imbécil», remacha.

En concreto, se quejan del movimiento de carteras en el Gobierno catalán, específicamente por la sustitución de Miquel Buch por Miquel Sámper al frente de Interior. Para Madí, Torra «se los folla porque le han llevado la contraria o no le han dejado hacer sus animaladas». «Son unos incompetentes y están haciendo lo mismo que están criticando, que parece lo de los nazis a los judíos», afirma Relat.

Madí le explica que «detrás de todo esto está la pelea que han tenido en verano para fijar el tema electoral porque él (Torra) quería hacer elecciones ya». Según el empresario, a Torra «le habían dicho que se tenía que sacrificar, esperar que lo inhabilitaran y ganar tiempo». Él se resistía, pero «al final ha dado su brazo a torcer» a cambio de quedarse unos meses más, en los que ha aprovechado para hacer una remodelación de su Ejecutivo «pasando de todo».

«Es un tío histérico y que no piensa antes de actuar», comenta Relat, a lo que Madí añade que Torra «no está preparado y le viene grande». «No entiende que es un hombre accidental, que no tiene ninguna legitimidad», se lamenta el presidente de Aigües de Catalunya. Su interlocutor coincide en que «supuestamente tenía que ser un tonto útil y se ha creído el cargo», lo que le hace «peligrosísimo». «Es como darle una metralleta a un mono», concluye Relat.

En una llamada telefónica que tuvo lugar un día después –el 4 de septiembre– con Pilar Rahola, Madí también habla en términos peyorativos del líder de ERC y ex vicepresident, Oriol Junqueras, del que dice que «tiene un punto de desequilibrado», y del presidente del PDeCAT, David Bonvehí, al que define como «un trozo de carne que es un auténtico subnormal».

CÓMO RENTABILIZAR LA PANDEMIA

Por otro lado, la Guardia Civil establece en su informe que Madí «ha intentado obtener rédito económico de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus», lo cual pasaba por «activar una vez más los contactos políticos» del empresario para obtener contratos públicos.

Así, destaca un intento de Madí para que la Generalitat le comprara test de detección del coronavirus, un contrato por el que se llevaría una comisión del diez por ciento. «Es una gran oportunidad porque con los criterios de emergencia es un negocio redondo a través de contratación directa», expone el propio empresario. El entonces secretario general de la Consejería de Interior departamento, Brauli Duart, se comprometió a hacer llegar su oferta pero la Benemérita no ha podido confirmar que llegara a buen puerto.

Lo que sí confirma la Guardia Civil es que Madí obtuvo un contrato de 15.000 euros para desarrollar una prueba piloto de detección de coronavirus con prisiones, dependiente de la Secretaría de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la víctima del Departamento de Justicia.

De las gestiones entre Madí y Duart, que hasta su cese era uno de los secretarios generales que integraban el Plan de Protección Civil de Cataluña (PROCICAT), se desprende otra conversación en la que este último critica la gestión de la pandemia. «No tienen ni puta idea. Vamos a morir todos», llega a decir, augurando que «las funerarias no darán abasto y no podrán traer a los fiambres de las casas, ni de las residencias, ni de los hospitales».

«En Igualada», cuenta Duart, «en este momento ya los tenemos dentro de refrigeradores. De camiones (…) esos congeladores porque la incineradora de Igualada puede 12 al día y cada día se mueren más de 12», explica a Madí. «Y el gran problema, es qué coño hacemos con los moros, que estos no quieren que los incineren, quieren que los entierren en tierra (…) si hay tierra, hay tierra, y, si no, pues habrá lo que haya. Y Alá, Mahoma ya lo entenderá», concluye.