Decretan el ingreso en prisión provisional y sin fianza del patrón de una patera en la que murieron 17 personas

El Juzgado de Guardia en Las Palmas de Gran Canaria ha decreto el ingreso en prisión provisional sin fianza de un hombre marroquí como presunto autor de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y de 17 delitos de homicidio por imprudencia.

En concreto, el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria entiende que con las pruebas practicadas y las testificales recibidas se puede considerar acreditado que el pasado 5 de octubre, «con ánimo de lucro y de entrar ilegalmente en territorio español, el acusado, con ayuda de un tercero, organizó un viaje clandestino hacia la costa canaria», según informó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

Asimismo, el auto judicial recoge que cobraba por la travesía unos 1.500.000 Dirhams (1.500 euros) a cada pasajero, y que en la noche del 5 de octubre, «24 personas, el investigado y un colaborador, partieran de un zona situada entre la ciudad de Dakhla y Bojoudor, conocida como Intlam» en una embarcación de madera fibra, carente de aprovisionamiento y de los mínimos elementos de seguridad.

Esta patera zarpó a los mandos del investigado, mientras su colaborador portaba un GPS y «sólo algunos de los pasajeros portaban chaleco salvavidas del que se habían autoprovisto«, puntualiza.

Respecto a la travesía expone que aunque se inició con buenas condiciones climatológicas, progresivamente estas fueron empeorando lo suficiente para, así se considera, se incrementara el nivel de consumo de combustible, concurriendo la circunstancia de que el GPS se rompió.

De este modo, pasada la segunda noche el combustible se agotó y la embarcación quedó a la deriva, de tal forma que «conscientes del peligro que corrían, los afectados trataron de utilizar unos toldos a modo de velas, lo que no dio resultado alguno».

Así, cinco días después, continúa el auto, se acabaron las poca provisiones que llevaban y el agua, de tal forma que al borde de la desesperación «algunos comenzaron a beber agua del mar, empeorando física y mentalmente de forma continua», falleciendo a los pocos días el primero de los viajeros.

En el relato de hechos que se consideran indiciariamente probados se continúa que «tras discutirlo, y a causa del olor, se optó por hacerle un rezo» y tirar el cadáver al mar. Añade que a partir de ese día «murieron 15 personas más, que los supervivientes, en los momentos que conservaban la consciencia, arrojaban al mar. Uno de los fallecidos era el único que no era de nacionalidad marroquí, colaborador del investigado».

Finalmente, el 19 de octubre de 2020, a unas 200 millas al sur de las islas Canarias, el buque mercante Wadowice II, por azar, localizó la embarcación, en la que ya sólo viajaban diez personas, muriendo uno de ellos en el buque rescatador.

Seguidamente, y «tan pronto como fue posible, el capitán del barco lo comunicó al servicio de Salvamento Marítimo», que los trasladó hasta la isla de Gran Canaria, procediéndose por parte del juzgado a ordenar el levantamiento del cadáver de la persona fallecida en el ‘Wadowice II’.

El juez instructor matiza que en este caso la identificación del investigado lo ha sido «no solo por personas que viajaban en la patera, ya en origen», sino también por grupos de familiares de los fallecidos y algunos supervivientes que han presentado denuncia contra el investigado en Marruecos por estos hechos, siendo desde el inicio de la organización del trayecto conocedores de que era él el encargado de cobrar y actuar como patrón de la patera.