El Informe de Climate Transparency 2020, realizado por 14 ‘think tanks’ y ONG, revela que cuatro países del denominado G20 apoyan más a los sectores verdes que a los fósiles y a la industria de uso intensivo de energía en los planes de estímulo, según informa la European Climate Foundation (Fundación Europea del Clima), que añade que 19 de los países del G20 han elegido dar apoyo financiero a sus sectores nacionales de petróleo, carbón y/o gas.
El estudio, explica European Climate, se realizó cuando surgió la pandemia mundial de la COVID-19 y ha determinado que el gasto actual en recuperación de carbón, petróleo y gas corre el riesgo de invertir las tendencias positivas anteriores al coronavirus.
«A medida que las principales economías del mundo destinan billones de dólares a los paquetes de recuperación del coronavirus, una proporción significativa se destina a las industrias de combustibles fósiles sin condiciones climáticas, lo que pone en peligro las oportunidades de energía no contaminante en el próximo decenio«, detalla el informe.
El estudio indica que el año 2019 fue testigo de un «notable» alejamiento de la tendencia de crecimiento a largo plazo de las emisiones relacionadas con la energía y advierte de que 14 países del grupo mundial han rescatado a compañías aéreas nacionales sin condiciones climáticas.
«Los paquetes de recuperación pueden resolver la crisis climática o empeorarla. Algunos miembros del G20, como Francia o Alemania, están dando en su mayoría un buen ejemplo de cómo construir economías más resistentes mientras se protegen contra los impactos climáticos acelerados, sin embargo, otros dirigen demasiado apoyo a combustibles fósiles y ponen en peligro los acontecimiento recientes», lamenta la directora del Instituto de Desarrollo de Ultramar, Charlene Watson.
El documento también identifica algunas diferencias en las actuaciones de los gobiernos, como por ejemplo, Japón, Francia o Reino Unido que han fijado plazos para la eliminación gradual de los automóviles que usan combustibles fósiles mientras que, en el caso de Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump ha retrocedido a la hora de reducir los reglamentos destinados a las emisiones del transporte. Asimismo, señala que Australia e India no tienen planes para fijar el precio del carbono ni Rusia, Sudáfrica o China restricciones en vigor.
Por último, el informe avala que existe un impulso para alcanzar objetivos climáticos más estrictos entre los países más responsables en emisiones pero los marcos de políticas e inversiones a corto plazo no son coherentes con los planes para el futuro.