La investigación llevada a cabo por la Guardia Civil en el marco de la Operación NAMASTÉ ha permitido localizar a siete nuevas víctimas, mujeres que sufrieron los supuestos abusos sexuales llevados a cabo por el osteópata ya detenido en Las Merindades (Burgos), lo que eleva la cifra de casos declarados a doce y en dos de ellos las mujeres han relatado acceso carnal.
No obstante, los investigadores consideran que pueden aparecer más víctimas y por lo que han animado a estas a denunciar su circunstancia particular. La edad de las primeras denunciantes, residentes en Barcelona, Vizcaya y Burgos, variaba entre los 46 y los 59 años y ahora se amplía el ratio y oscila entre los 31 y 63 y procedían en este caso de Castellón, Soria y de nuevo Vizcaya.
Según han recordado desde la Guardia Civil, los hechos se conocieron el pasado mes de febrero a raíz de la denuncia de la primera víctima que relató «tocamientos íntimos» durante una sesión de masajes concertada con el presunto autor, práctica con la que supuestamente paliaría determinadas dolencias que padecía la mujer.
La investigación destapó cuatro casos más, se registró el consultorio/domicilio del osteópata y se intervino «valiosa documentación» que permitió culminar con la detención y posterior ingreso en prisión preventiva y sin fianza del presunto autor, situación en la que continúa en la actualidad.
«Lejos de abandonar, las profundas pesquisas realizadas durante la investigación que aún continúa abierta han aclarado la oferta profesional del masajista, centrada en su consultorio y como instructor de talleres de yoga en múltiples municipios del norte burgalés y de la comarca de Campóo-Los Valles en Cantabria donde recababa a potenciales pacientes para desarrollar técnicas más privadas», han explicado desde el Instituto armado.
Algunos hechos se remontan a finales de 2016 y se repiten en 2017, 2018 y 2019. Todas las víctimas aseguran haber padecido abusos sexuales por tocamientos íntimos de similar naturaleza y sin su consentimiento. La Guardia Civil considera «de especial relevancia» la denuncia de dos de estas mujeres que relatan episodios de acceso carnal durante las sesiones.
El análisis de la documentación intervenida al ahora detenido ha determinado que, aunque podría realizar lícitamente masajes relajantes -acredita mediante certificados haber realizado cursos de osteopatía-, por el contrario no puede ejercer la fisioterapia, al carecer de titulación oficial.
Por este motivo se le imputa un delito de intrusismo profesional, al anunciarse como «especialista en terapias corporales, quiromasaje masajes terapéuticos» y ofrecerse a aliviar con masajes y otras técnicas manuales el padecimiento del paciente ante determinadas dolencias o problemas de salud.
La Guardia Civil ha recordado asimismo que el esclarecimiento de este ilícito y su imputación han supuesto que el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla y León se presente como acusación popular en la causa.