El ministerio de Igualdad y su punta de lanza, el Instituto de la Mujer (o ahora de las Mujeres), mantiene su cruzada contra los machismos que han invadido la sociedad. Es una cuestión de vida o muerte para ellos y Beatriz Gimeno, la estrella mediática del ministerio y directora de la entidad que había asegurado que para alcanzar la igualdad de género los hombres tenían que experimentar la «penetración anal», la ha tomado ahora con la Inteligencia Artificial. La IA es machista para Gimeno porque no se puede consentir que si en Google se pone la palabra «persona» salgan más hombres que mujeres. Por eso, desde el Instituto de la Mujer se ha deslizado que es un tema que hay que abordar pronto; quizás ayuden esos 450 millones de euros anuales más de los que dispondrá el ministerio una vez se aprueben los nuevos Presupuestos. Que se preparen.
Gimeno se ha quedado a gusto en un texto que ha publicado en el diario Público. El reportaje se titula «El algoritmo machista» y todo lo que viene después se lo puede imaginar cualquiera. Se detallan asuntos como que hay muchos más desarrolladores de inteligencia artificial hombres que mujeres. Concretamente, según los datos que facilita Gimeno, «sólo el 12% de las personas con capacidad de decisión en el desarrollo de la IA son mujeres». Razón suficiente que explica por qué la inteligencia artificial es profundamente machista. De ahí los ejemplos que justifican esta afirmación.
Beatriz es famosa por sus perlas. Quién no recuerda esa necesaria penetración anal para alcanzar la igualdad real entre hombres y mujeres. Pero en este caso ha decidido lucirse con un asunto que no le viene ni le va. «Un algoritmo entrenado con texto tomado de internet relacionaba un nombre femenino como Sarah con palabras atribuidas a la familia y, por el contrario, un nombre masculino como John se asociaba a palabras relacionadas con el trabajo, como profesional y salario». Otro síntoma de que la IA es completamente machista, a juicio de Gimeno.
Si se ahonda más, la directora del Instituto de las Mujeres llega a reforzar sus conclusiones con más ejemplos. «Si buscas imágenes relacionadas con palabras como «inteligente» ocurre lo mismo: que aparecen muchos más hombres que mujeres», detalla en el artículo. No es la primera vez que personas dependientes de Igualdad sacan a la luz presuntos machismos o micromachismos que hay que erradicar para mejorar la sociedad. Es por eso, quizá, que Montero contará durante el próximo año con una partida de 450 millones de euros más para poder perseguir a los machistas y a todo aquello que denigre a las mujeres, como la Inteligencia Artificial.
Esto es por el bautizado por ella como «algoritmos con sesgo de género» que tanto mal han hecho a las mujeres. En cualquier caso, al menos la solución que plantea Gimeno tiene sentido. Se queja de que el problema real no es otro que el que haya pocas mujeres en puestos de responsabilidad dentro de los que desarrollan la inteligencia artificial. » Porque sin ellas, algunas empresas han asumido sesgos tan sangrantes que ha habido que hacer correcciones de género importantes a posteriori, y en algunos casos no se habrán hecho», comenta Gimeno.
EL CALENTAMIENTO GLOBAL ES MACHISTA
La ministra de Igualdad Irene Montero ha desatado controversia en redes después de lanzar un duro mensaje sobre el cambio climático a través de Twitter. En concreto, la de Podemos tuiteó el pasado lunes: “Según la ONU el cambio climático dificulta la igualdad entre hombres y mujeres. No podemos seguir así: por nuestros mares y tierras, por nosotras”, aseguró, adjuntando el lema #MujeresPorElClima.
En el tuit, la ministra aparejó un pequeño vídeo en el que hablan varios cargos de Podemos acerca del problema medioambiental. Al comienzo, Montero indica: “El 80% de las personas refugiadas por daños y pérdidas causadas por el cambio climático son mujeres. Según la ONU, el cambio climático estaría haciendo aumentar las dificultades para alcanzar la plena igualdad”, indica.
Asimismo, en el vídeo aparece la Secretaria de Feminismos de Podemos, Sofía Castañón, que lanzó el siguiente alegato: “Mientras no haya un cambio de modelo de crecimiento económico no habrá forma de paliar el deterioro medioambiental del planeta. Necesitamos una transición energética y un cambio profundo en nuestro sistema productivo y nuestra forma de vivir y de relacionarnos. Precisamente la economía de los cuidados que reivindica el feminismo, tiene que ver con esa nueva forma de producir y de entendernos”, señala.
