Pedro Sánchez: «No es vergonzante reconocer que hay pobreza infantil»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha indicado que lo «vergonzoso» no es reconocer que existen niños en situación de pobreza en España sino «no tomar medidas ambiciosas al respecto».

«No es vergonzante reconocer que hay pobreza infantil en nuestros países. Lo vergonzoso sería no tomar medidas ambiciosas al respecto», ha señalado el presidente del Gobierno este jueves 19 de noviembre durante la inauguración de una conferencia online organizada por Eurochild –la red europea de organizaciones de infancia– y la Plataforma de Infancia, en el marco de la conmemoración de la Convención de los Derechos del Niño.

Sánchez ha recordado que «en Europa, casi uno de cada cuatro niños está en riesgo de pobreza y, en consecuencia, de exclusión social», un dato «estremecedor» que, a su juicio, no se pueden resignar a aceptar «bajo ningún concepto».

En el contexto de la actual pandemia, Sánchez ha puesto de relieve que «abordar la pobreza infantil es un requisito previo para superar la crisis del Covid-19 de forma sostenible» y que «poner a la infancia en el centro de la recuperación es una obligación moral, política y económica».

Además, el presidente ha destacado las medidas adoptadas por el Gobierno para combatir la pobreza infantil, como la creación del Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil y la aprobación del Ingreso Mínimo Vital.

En el webinar también han participado, entre otros, la directora general de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión de la Comisión Europea, Katarina Ivankovic Kneevic, o la secretaria de Estado del Ministerio de Asuntos de la Familia, Personas Mayores, Mujeres y Juventud de Alemania, Juliane Seifert.

Durante el encuentro, los expertos han debatido acerca de cómo trasladar la perspectiva de los derechos de los niños, niñas y adolescentes a la recuperación de Europa, y una de las conclusiones ha sido que la crisis sanitaria y económica propiciada por el coronavirus ha puesto de manifiesto la falta de políticas nacionales para abordar la pobreza, en particular la pobreza infantil, según informan los organizadores.

El presidente de la Plataforma de Infancia, Carles López, ha recordado que, desde que el virus de la Covid-19 comenzó a propagarse por Europa, «se han intensificado los actuales problemas relacionados con la desigualdad social, en parte por la pérdida de puestos de trabajo, lo que ha empujado a muchas familias a la pobreza».

«Por otro lado –ha señalado–, el cierre de escuelas ha ampliado la brecha educativa, condicionando las oportunidades de los niños, niñas y adolescentes y su salud física y mental».

Por ello, Eurochild, y sus organizaciones miembro demandan planes de recuperación que tengan en cuenta las necesidades de la infancia: planes nacionales para reducir la pobreza, apoyados específicamente desde la Unión Europea, incluso a través de la implementación de una Garantía Infantil.

Esta es una de las principales recomendaciones extraídas del informe ‘Creciendo en el confinamiento: los niños de Europa en la era COVID-19’, en el que Eurochild reflexiona sobre los efectos de la pandemia en los niños.

Aparte del impacto de la crisis de la COVID-19, el informe analiza el trabajo de los 25 países en torno a la inversión en niños, niñas y adolescentes. La investigación concluye que, en aquellos países en los que existen estrategias nacionales para reducir la pobreza infantil, «no acaba de verse clara su aplicación; y, lo que es peor, en la mayoría de ellos no se da prioridad política a la pobreza infantil».

Algunos como Chipre, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Alemania, Grecia, Hungría, Italia, Portugal, Serbia y Eslovenia revelaron no contar con una estrategia nacional para abordar la pobreza en la infancia.

ESPAÑA, UNO DE LOS QUE MENOS INVIERTE

Eurochild y Plataforma de Infancia advierten de que España es uno de los países europeos que «menos» invierte para proteger a la infancia frente a la pobreza. Esto, unido a un sistema de protección social «muy ineficaz» explica, a juicio de estas organizaciones, la alta tasa de riesgo de pobreza y exclusión social en la infancia existente (30,3%) y su «escasa capacidad para reducirla».

En todo caso, reconocen algunas medidas como la aprobación del Ingreso Mínimo Vital como «un gran paso» aunque consideran necesario completar esta prestación con otras, como la prestación por hijo a cargo, que piden que se mantenga en los Presupuestos Generales del Estado (PGE).

«La pobreza infantil es una cuestión de Estado que requiere del compromiso de toda la sociedad, además de las instituciones. Es fundamental que ciudadanos, representantes políticos y tercer sector trabajen unidos para lograr el objetivo de pobreza infantil cero», ha señalado el Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil en España, Ernesto José Gasco Gonzalo.

Eurochild y Plataforma de Infancia también han puesto de relieve los «obstáculos» que encuentran los niños y niñas para ejercer su derecho a la educación en condiciones de igualdad por la «brecha educativa y digital» que fue «uno de los grandes problemas» durante el confinamiento. Muchas familias de bajos ingresos no estaban equipadas con ordenadores.

BUENAS PRÁCTICAS EN PAÍSES EUROPEOS

El informe recoge algunas buenas prácticas desarrolladas por países europeos, con mención en particular a España, destacando los programas que se llevaron a cabo para proporcionar ordenadores a los niños y niñas que los necesitaban. También recoge el caso de Francia, donde se establecieron líneas telefónicas gratuitas para aquellos que las necesitaban. Además, se cita el ejemplo de países en los que se establecieron canales de televisión para impartir educación a los niños en sus hogares, como en la República Checa y Chipre.

En el webinar también han participado Mariam y Ángel, dos adolescentes que han pedido soluciones como: ayuda a través de becas; distribución de ordenadores o tabletas a las familias que no dispongan de estos dispositivos; incremento de las ayudas alimentarias o la reducción del precio de las mascarillas.

Por último, el informe de Eurochild recoge una serie de recomendaciones para los responsables políticos europeos, entre las que destacan: colocar a los niños en el centro de los planes de recuperación; establecer la Garantía Infantil Europea; promover un enfoque multidimensional para abordar la pobreza infantil, y orientar mejor los recursos de financiación de la UE disponibles para llegar a los niños necesitados.