Margarita Robles busca seducir al ala moderada del PSOE para ganarse la jubilación

  • La ministra de Defensa ha atacado a Unidas Podemos por cuestionar el liderazgo de Sánchez.
  • En el PSOE la ven como presidenta del Tribunal Constitucional, entre otras cosas.
  • También apuestan porque sea candidata al Ayuntamiento de Madrid o a la Comunidad.
  • La ministra de Defensa, Margarita Robles, busca con vehemencia asegurarse su próximo salto laboral. Su entorno asegura que la socialista es perfectamente consciente de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la quiere fuera de su Ejecutivo tan pronto como se aproximen las próximas elecciones generales. Queda mucho, sí, pero fuentes de Ferraz apuntan a que su destino está sellado, entre otras cosas, porque Sánchez no quiere en su Ejecutivo ningún político que amenace su férreo liderazgo en el PSOE. Así pues, Robles ya sabe por dónde van los tiros de su futuro y sabe a quién tiene que ganarse: nada menos que a los más moderados del partido para que le apoyen a la hora de acabar en el Tribunal Constitucional o en otro cementerio de elefantes donde poder jubilarse con decencia. Así que, los pasos a seguir, son resaltar el liderazgo de Sánchez acompañado de una serie de pullas a Unidas Podemos, el socio de Gobierno del PSOE.

    Tras exhibir su odio hacia el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, por retirarle su condición de magistrada del Supremo y, con este gesto, erradicar sus posibilidades de ocupar el cargo de Lesmes, ahora Robles ha decidido arremeter contra el vicepresidente del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias. Su estrategia no es que sea la más brillante, pero sí efectiva. La ministra ha decidido alimentar el ego del presidente mientras le lanza una serie de pullas a Iglesias. «Todos estamos por las personas vulnerables (…) El Gobierno presenta un texto para los Presupuestos y luego resulta sorprendente que Unidas Podemos presente enmiendas a un texto conjunto de todo el Gobierno«, ha comentado la ministra de Defensa. Esto antes de decir que «el presidente es Sánchez y eso nadie debe olvidarlo dentro del Gobierno». Más claro, agua.

    Robles sabe que para ganarse un puesto relevante dentro del partido tiene que ganarse el respeto de los díscolos de Sánchez. De aquellos que no ven con buenos ojos que el presidente haya cedido a las demandas de ERC y de Unidas Podemos con tal de permanecer en el poder. Si consigue convertirse en un nexo entre las dos vertientes que hay en Ferraz, Sánchez la utilizará como una forma de apaciguar las tensiones internas y la colocará en una posición de relevancia dentro del partido. Cualquier puesto que tenga peso le viene bien a la ministra de Defensa.

    Robles siempre se ha ganado el respeto del electorado más conservador. La derecha mediática y los votantes más conservadores valoran muy bien a la ministra de Defensa e incluso algunos sondeos apuntan a que es la mejor valorada dentro del Ejecutivo de Sánchez, un arma de doble filo, pues el presidente no va a consentir que bajo su mando haya alguien que tenga más puntuación que él. Pero en cualquier caso, desde Unidas Podemos no han perdido el momento para recordarle a la ministra de Defensa quiénes la quieren donde la quieren.

    «Cuando eres la ministra favorita de los poderes que quieren que gobierne el PP con VOX, quizá estés haciendo daño a tu gobierno. Ser humilde es no dejarse adular por la derecha mediática», ha comentado Ione Belarra, la secretaria de Estado de Pablo Iglesias. El enfrentamiento está servido, pero esto va de electorados. Podemos se apunta un tanto con su electorado y Robles se apuntala como referente socialista en el ala moderada del partido. Todos contentos siempre que la ministra obtenga un buen cargo en el que vararse.

    En un principio, la ministra apostaba por ser presidenta del Tribunal Supremo, pero Lesmes pisó con ahínco ese sueño de la ministra al retirarle la condición de magistrada del Supremo en el mismo momento en el que quiso ir en las listas de Pedro Sánchez para las elecciones. Ahora, Robles se conformaría con ser presidenta del Tribunal Constitucional, aunque hay quien considera que es posible que acabe representando los intereses del PSOE en el Ayuntamiento de la capital o en la Comunidad de Madrid, la primera que abra sus puertas.

    Los gestos y salidas de tono de Robles no parecen gustar al presidente del Gobierno. Pero el principal motivo por el que el PSOE no se plantea renovar a la ministra de Defensa como una asistente del Consejo de Ministros es porque el líder socialista no soporta la idea de que le disputen el liderazgo. Y hay quien dentro del PSOE, sobretodo en el área más conservadora, consideran que es fundamental que haya un giro dentro del partido que eche a Sánchez y dé el timón al «viejo socialismo», más representado ahora por el expresidente del Gobierno Felipe González. Y del elenco, Robles es la que más papeletas tiene.