sábado, 14 diciembre 2024

Presidente asturiano niega que la Lomloe acabe con educación especial y concertada

El presidente del Principado de Asturias, el socialista Adrián Barbón, ha salido en defensa del nuevo Proyecto de Ley Orgánica de modificación de la LOE (Lomloe), conocido como ‘Ley Celaá’, negando que acabe con la educación especial y la concertada como plantean PP y Vox. Ha lamentado, por otra parte, que esta norma no haya logrado aunar un consenso mayor en el Congreso de los Diputados.

Los portavoces del PP y Vox, Teresa Mallada e Ignacio Blanco, interpelaron al presidente autonómico sobre su opinión acerca de la ‘Ley Celaá’ en el turno de preguntas al presidente, coincidiendo en criticar aspectos de la norma como la desaparición de la demanda social a la hora de escoger centro, o la intención de «acabar» con la educación concertada y la especial.

Al respecto de estos aspectos, Barbón ha negado que la ley pretenda hacer «desaparecer» la educación especial. Ha explicado en este sentido que la Lomloe establece que el gobierno desarrollará un plan a diez años para que los centros ordinarios puedan atender «en mejores condiciones» al alumnado con necesidades especiales. También contempla, ha agregado, que las administraciones educativas «continuarán prestando apoyo» a los centros de educación especial, para que sean «centros de referencia y apoyo» para los centros ordinarios y continúen prestando una educación «muy especializada».

En cuanto a la educación concertada, el jefe del Ejecutivo autonómico, ha negado que la reforma contemple el fin de este tipo de educación. Lo que sí contempla, ha dicho, es «que deje de haber pagos encubiertos a fundaciones y negocios que hoy privan a algunos alumnos de acceder a los centros concertados».

Barbón ha salido en estos términos en defensa de la ley, aunque ha lamentado que no haya un «consenso mayor» en su aprobación. «Reivindico que la legislación educativa debería ser fruto del consenso», ha dicho, lamentando que sea un «gran mal de la democracia española» no lograrlo. A pesar de ello, ha recordado que la actual norma cuenta con el respaldo de ocho partidos mientras que la anterior, aprobada por el PP, solo fue votada por el propio Partido Popular.

Tras escuchar al presidente, la portavoz del PP ha criticado que trate de «blanquear» una ley que «atenta» contra la libertad de los padres y alumnos de toda España. A su juicio se trata de una ley «radical» que «cede al chantaje de los independentistas», «vulnera derechos constitucionales» y «liquida la educación concertada y especial».

La portavoz ‘popular’ ha recriminado al presidente la «hipocresía» de su partido y de él mismo, por tratar de «cargarse» la educación concertada cuando «gran parte» de dirigentes del PSOE y militantes escogen este modelo para sus hijos. «Están ocupando plazas que les quitan a muchas familias que sí defienden esa educación para sus hijos», ha aseverado.

Durante el debate de este miércoles, Mallada se ha dirigido al portavoz de Vox para celebrar que haya cambiado de criterio en cuanto a la educación especial, recordando que en el programa electoral de 2016 el partido que en Asturias encabeza Ignacio Blanco contemplaba su fin.

Esta mención ha provocado que el parlamentario de Vox interrumpiese el debate para defender que esa cuestión era un «error tipográfico», pidiendo a Mallada que lea el programa de 2019 en el que Vox defiende que la educación especial es «clave» para una educación inclusiva.

A Barbón, Blanco le ha reprochado que esta norma pretende «evitar el vaciamiento de las aulas públicas prohibiendo la concertada». A juicio del portavoz de Vox, suprimir la demanda social «ataca la base de la democracia», algo que se suma a la «eliminación del español como lengua vehicular».

Ha criticado también el portavoz de Vox que la Lomloe «pretende acabar con la educación especial en diez años» y que es la ley de «los títulos regalados», con la que «se puede pasar de curso sin límites de suspensos». A su juicio, «convencer» a los jóvenes de que se pueden conseguir las cosas sin esfuerzo «es la peor herencia de la izquierda» a las generaciones futuras.