La Audiencia Provincial de Palencia ha absuelto a D.J. de un delito de abuso sexual a su hijo con discapacidad intelectual y autismo por el que el fiscal le pedía nueve años de prisión.
La acusación pública había pedido también diez años de libertad vigilada con la obligación de participar en programas de educación sexual, seis años de inhabilitación especial para el ejercicio de la tutela y una década de prohibición de acercarse a menos de 200 metros del domicilio del menor o del centro en el que resida.
Los hechos se remontan a abril de 2017 cuando el acusado fue a recoger a su hijo al centro hospitalario en el que está internado y le llevó a un paraje del monte de Palencia donde, según asegura un matrimonio que les vio, se detuvieron en un camino para dirigirse a una zona boscosa.
La misma pareja relató que al acercarse al acusado y a su hijo se fueron percatando de «algo extraño» porque se daban besos y porque el niño no caminaba bien debido a su discapacidad y estos pensaban que estaba drogado o bebido.
Ambos se quedaron observando la situación y pudieron ver que el hijo tenía los pantalones bajados hasta los tobillos y que estaba sentado junto a su padre, el cual le hacía caricias en la cabeza y le llevaba la cara hacia su regazo.
La sentencia, facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León señala que existen «serías dudas» de que el procesado hubiera obligado a su hijo o intentado obligarle a realizarle una felación, ya que tanto las pruebas directas como indirectas existentes «no tienen la entidad suficiente para llevar a la Sala a la plena convicción de la existencia de los hechos que se le imputan.
La mujer declaró en un principio que había dos hombres que se estaban besando y a la Policía que había sido una «impresión personal» en cuanto a que se estaba realizando una felación. Asimismo, en declaración policial apuntó que el hombre se bajó los pantalones hasta la altura de los genitales para luego decir en sede judicial que no le vio, así como que los hechos ocurrieron a las 17.30 horas, cuando realmente ocurrieron dos horas después, contradicciones que también repitió el marido.
«Ante estas contradicciones y el hecho de los testigos de no haber visto claramente una felación, sino los actos que podrían dar lugar a interpretar que se estaba produciendo una, no queda probada la existencia de la misma ni existen otras pruebas que corroboren dichas afirmaciones», subraya la sentencia.
Los policías que se personaron en el lugar de los hechos manifestaron que el padre les explicó que al ser su hijo autista, para orinar se quedaba desnudo y por eso le había quitado la camiseta.
Por otra parte, tanto la psicóloga como la psiquiatra del centro en el que reside el menor manifiestan que siempre que viene el padre el hijo «se pone muy contento» y que siempre ha existido un comportamiento normalizado con continúas visitas al centro sin ningún incidente que haga sospechar cualquier tipo de abusos, por lo que «no existe ninguna prueba concluyente que pueda llegar a inferir que D.J. abusó de su hijo sexualmente».