Motivos para no volver a tomar nada de vino y cerveza

Existe mucha información acerca del efecto perjudicial de las drogas o el tabaco. Incluso, cada vez hay más campañas que alertan de que el consumo de azúcar, grasas saturadas y otros productos similares pueden generar muchos daños a nuestro metabolismo. Sin embargo, hay menor insistencia en publicitar los efectos perniciosos del alcohol. Lejos de estar mal visto, a excepción del elevado alcohol que consumen los jóvenes, beber vino, cerveza o cualquier espirituoso forma parte de nuestro día a día, sin querer ser conscientes de lo perjudicial que esto es para nuestra salud. Te recordamos los principales motivos por los que no deberías beber ni cerveza ni vino.

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Daños neurológicos

También hay evidencias de las distintas manifestaciones neurológicas del consumo excesivo de alcohol, que pueden ser agudas o crónicas y afectar al sistema nervioso central o periférico. Las complicaciones neurológicas de beber mucha cerveza o mucho vino son numerosas y variadas. Estamos hablando de patologías importantes como una enfermedad hepática que puede manifestarse con una encefalopatía hepática por ejemplo. Si bien es verdad que para que se den estas patologías suele ser por una ingesta muy elevada, lo cierto es que no hay una dosis de consumo de alcohol ideal. El alcohol afecta, en muy poco tiempo tras su ingestión, a nuestro cerebro y a nuestra capacidad de razonamiento. Daña las neuronas, la memoria y nuestra forma de actuar.